06 julio 2008

El PP a la deriva: Congresos ¿democráticos?

El fin de semana se celebraron dos congresos del Partido Popular que han tenido cierta importancia, sobre todo debido a la circunstancia de que Rajoy ha impuesto una candidatura en Cataluña a poco tiempo de celebrarse el congreso del PP catalán tras conseguir la retirada de dos de los tres candidatos que iban a presentarse. La retirada del hasta ahora presidente Daniel Sirera y su contrincante Alberto Fernández Díaz demuestra que los partidos regionales del PP no gozan de ninguna autonomía a la hora de decidir su destino y se someten al dictado de Génova, pues deberían de haberse mostrado más valientes para celebrar un congreso democrático de verdad. Finalmente, la candidata impuesta por Rajoy se impuso con el 56,72% de los votos, frente al 43,28% que obtuvo Montserrat Nebrera.
Claro que estos resultados deberían considerarse como la voluntad democrática y mayoritaria del PP catalán, pero los momentos de tensión durante el congreso hacen ver que no se puede hablar de limpieza en lo que se refiere a la designación de candidatos, especialmente teniendo en cuenta el sistema de avales y compromisarios que decide las candidaturas y votaciones de los congresos del partido. Los abucheos con los que fueron recibidas las palabras de Ana Matos como responsable de la retirada de dos de los candidatos a la presidencia del PP catalán son síntoma elocuente de lo que ocurre en el PP y el descontento que provoca la nueva línea de Rajoy y su equipo para intentar, entre otras, un acercamiento a los nacionalistas y un debilitamiento del mensaje y del discurso, marcados ahora por la indefinición. Si el debate fuese realmente abierto y dirigido a convencer a los compromisarios a favor de uno u otro candidato, el resultado sí sería democrático y, por tanto, perfectamente aceptable por los partidarios de las candidaturas derrotadas.
En Baleares también ganó la candidata oficial y actual presidenta del PP, Rosa Estarás, con sólo el 66,4% de los votos y la abstención de un 25% de los compromisarios, mientras su contrario, Carlos Delgado, obtuvo el 33,6%. Ella partía de una posición más cómoda, ya que contaba con el apoyo de Rajoy, lo que evitó las discusiones y tensiones del PP catalán. Pero a la vista de las abstenciones de un elevado número de compromisarios cabe la pregunta que para qué se presentan afiliados para ser compromisarios si luego no ejercen su derecho de voto. ¿Será por descontento o por miedo a represalias?

P
ero una cosa ha quedado clara: Por mucho que Rajoy y la ejecutiva nacional del PP se esfuercen por dar a entender que se han elegido juntas directivas de unidad y consenso, los mismos malos modales de Rajoy, quien enseguida da la espalda a los derrotados (casi no se despide de Nebrera tras salir del congreso del PP catalán), no contribuyen para nada a que los afiliados del partido puedan aprobar y apoyar los resultados de unos congresos manipulados de antemano. Lo lógico sería que en una comunidad autónoma como Cataluña se impusiera una línea más crítica con la dirección nacional del partido.
Por otro lado se ha celebrado el congreso nacional del P$O€, y como era de esperar, no hubo mención alguna de la crisis económica y de otros problemas que tiene España y que el gobierno socialista no sabe cómo solucionar. Z fue reelegido con el 98% de los votos. Lo más preocupante de lo acordado en este congreso socialista es que quieren proseguir con el laicismo en España. Si los socialistas son consecuentes, prohibirán las procesiones en Semana Santa y todas las fiestas de patronos y patronas que se celebran. Pero quedó clara una cosa: El P$O€ no se preocupa por los verdaderos problemas de España, sino por su transformación en otra cosa. Ya lo han dicho los expertos internacionales: Zapatero no es capaz de solucionar los problemas económicos. Por algo se dedica a fondo a temas que provocarán muchas discusiones. ¿Es esta la España que queremos?

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