31 julio 2010

A Bibí se le hA IDO la olla (2)

Aido camino de la entrevista
Es la ministra de las perlas de la extrema izquierda. La misma ministra es una perla. Y una demostración de por qué nos va tan mal en España. Es una ministra a imagen y semejanza del jefe del ejecutivo, sólo que ella es tonta del bote, mientras que el otro es listo (que no inteligente) y por eso mucho más peligroso. A ella se la ve venir.

Este fin de semana sus perlas adornan una entrevista en El Mundo. La ministra del igualitarismo, la igualación y del igualda ofrece mucha información sobre su personalidad y su visión del mundo. 

Una de las perlasmás destacadas  de  Bibiana Aído es que "primer muñeco cantaba la Internacional", lo que explica por qué odia los cuentos infantiles, o esa otra: "Vaya o no a Rodiezmo, levantaré el puño izquierdo, el de la justicia y la igualdad". O de la estulkticia, que viene a ser lo mismo. Pero que no olvide colgarse su cadenita pija en la muñeca izquierda.

Lo que parece más lógico es que podría tener una relación sentimental con alguien "de derechas". "Tengo amigos de derechas", dice "pero no podría tener una pareja de derechas". Las múltiples discusiones que tendría con una hipotética pareja de derechas "harían la convivencia irreconciliable", afirma la ministra de "Igualdad". O tal vez habría que decir que uno de derechas no podría tener una relación con esta mujer, porque convivir con algo así debe ser un martirio.

El mundo de Yupi o Cómo resolver una crisis financiera sin morir en el intento

Si alguien tiene aún dudas de por qué estamos inmersos en una crisis económica y financiera especialmente cruda en España, las conclusiones de esta ministra de cuota y alegría no deberían dejar lugar a dudas.
 
Preguntada por la incorporación de la mujer a puestos de responsabilidad en el mercado laboral, señala que "si una mujer entra en el círculo de decisión de la empresa, cambia la mujer; si entran muchas mujeres, cambia la empresa. Si Lehman Brothers hubiera sido Lehman Sisters, todo habría sido distinto", afirma. Así que con las Hermanas Sisters no habría crisis financiera. Bibí quizás sería buena ministra de economía y hacienda, quién sabe.

Provida - Promuerte

En su pregunta sobre la Ley del Aborto, el periodista habla de "legisladora de la promuerte", algo que sienta muy mal a Bibiana. La ministra dice que le "duele esa terminología... Nadie es promuerte. Provida somos todos", dice. Pero claro, como ya dejó sentado la ministra igualitaria y discriminadora de los hombres y de las mujeres musulmanas, no se puede dar muerte a lo que es una cosa, pero que no es humano.

Tener o no tener la razón, esa es la cuestión.

Por último dice que se declararía en huelga frente a "quienes quieren llevar toda la razón todo el tiempo y por los siglos de los siglos amén". Que se lo cuente a sus camaradas de partido. ¿O acaso dan la razón a los que piensan de otra forma que ellos?

A Bibí le pegaría ese chiste malo adaptado a las circunstancias de mujeres (en este caso socialistas) que se manifiestan contra los prejuicios que algunos puedan tener contra ellas y que gritan: "Dame una ese, dame una o, dame una ...¿?... - las soziali'tas no somos tontas."

30 julio 2010

Empleo: Más flexibilidad y menos proteccionismo

La reforma laboral aprobada por el partido gubernamental PSOE gracias a la abstención de los nacionalistas (sin duda conseguida a cambio de algo), no supone realmente ningún avance en la política de empleo, sino más bien favorece la picardía de algunos empresarios, que ahora podrán despedir más barato con sólo estimar que van a tener pérdidas, por lo que aumentará la tasa de desempleo aún más en lugar de reducirse. Por lo demás, pocas novedades hay que podrían mejorar la situación laboral en España.

El sistema actual de protección del empleo es, básicamente, una herencia del franquismo y podía tener su justificación en otros tiempos, cuando el empleo en España presentaba mucha más precariedad que hoy, entre otras razones debido al aislamiento de España por una parte y al subdesarrollo industrial por otra, superado sólo a partir del desarrollo del turismo a partir de los años sesenta y setenta.

El proteccionismo laboral presenta más inconvenientes que otra cosa. El sentirse seguro en el empleo simplemente por ser la ley favorable al trabajador despedido y desfavorable para el empresario por obligarle al pago de elevadas indemnizaciones conlleva, en muchos casos, una merma de la productividad y una escasa disposición a la movilidad laboral. Por añadidura, la seguridad en el empleo lleva a muchos trabajadores a no hacer absolutamente nada por mejorar sus conocimientos profesionales o por esmerarse en la calidad de su trabajo. Por consiguiente, este proteccionismo laboral protege a los ineptos, mientras que los buenos trabajadores realmente nunca tienen que temer por no tener trabajo.

Como se puede observar en otros países sin este proteccionismo laboral heredado de otros tiempos, una mayor flexibilidad en el empleo con menos indemnizaciones y garantías contra el despido no supone en absoluto una desventaja para los trabajadores, sino todo lo contrario. En Dinamarca, por ejemplo, no existen verdaderos problemas de desempleo. Allí los buenos trabajadores, los que prestan sus servicios con aplicación y flexibilidad, no tienen que temer por su empleo, y las empresas desde luego no van a despedir a quien les presta buenos servicios.

Por otra parte, el proteccionismo laboral es claramente injusto, porque no rige para nadie más que para los trabajadores por cuenta ajena, mientras que los trabajadores por cuenta propia no cuentan con ningún tipo de protección. Los escasos esfuerzos hechos en España desde 1996 por ofrecer a los autónomos un poco más de protección, como por ejemplo la baja remunerada por enfermedad, se han quedado muy lejos de la protección que disfrutan los trabajadores por cuenta ajena. Esta situación resulta inverosímil en tiempos en los que el gobierno da tanta importancia a la igualdad.

La reforma laboral, que realmente es sólo una flexibilización del despido en beneficio de los pícaros y no un instrumento eficaz de creación de empleo, es una muestra más de la improvisación de este gobierno, incapaz de dar con soluciones razonables para luchar contra la crisis económica. 

Está claro que la flexibilización del empleo tanto para la contratación como para el despido exige que se proceda de forma estructurada y escalonada, entre otras para no provocar de repente un despido masivo de trabajadores mayores de cincuenta años sin ninguna protección, precisamente por la picardía de algunos empresarios para deshacerse cómodamente de compromisos adquiridos en el pasado. Pero la reforma tiene que tener por objetivo principal un cambio en la mentalidad de trabajadores y empleadores, acompañado de medidas concretas de mejora del mercado laboral.

No existe en España un sistema eficaz de formación laboral, como es habitual en Centroeuropa desde la edad media. A este respecto no ha habido más que declaraciones de voluntad simulada desde tiempos de Felipe González, pero nadie ha hecho el esfuerzo por poner en práctica tales planes.

Tampoco la oferta de formación universitaria se ha adecuado a las posibilidades reales del mercado laboral en España, y no será hasta dentro de varios años que al menos se note una modernización de la educación académica, que de todas formas seguirá estando marcada por un sistema obsoleto de aprendizaje y enseñanza heredado de los años cincuenta.

En España la política es irracional. Los políticos dedican todo su tiempo y sus esfuerzos a cuestiones puramente ideológicas, a políticas de exclusión y de limitación de la actividad económica. La imposición lingüística implica una traba importante al desenvolvimiento de las empresas en algunas regiones españolas e implica la deslocalización, el desánimo y la huida de mano de obra cualificada hacia regiones o países sin tales imposiciones. La ineficacia de la administración pública, que disfruta de aún más protección laboral, y la mayor presión fiscal sin ofrecer ningún tipo de contraprestación para mejorar las condiciones de vida, contribuyen adicionalmente al desánimo entre los ciudadanos.

Frente a la improvisación, sólo Ciudadanos (C's) propone soluciones eficaces a todos estos problemas. Lo que no han entendido los políticos de España es que se trata de ocuparse de problemas que nos ocupan a todos, de defender la igualdad de derechos de los ciudadanos y plantear una alternativa a la actual clase política tradicional obsesionada sólo con conservar su cuota de poder.

Regeneración de la política significa actuar con sentido común e ideas claras. Por eso hay que rechazar esta reforma laboral por ser una improvisación más de este gobierno, ineficaz para solucionar los problemas actuales.

El consumidor frente al odio de los separatistas catalanes

El escritor Josep Pla  dijo hace años: 
“El catalanismo no debería prescindir de España, porque los catalanes fabrican muchos calzoncillos, pero no tienen tantos culos”.

España al rojo vivo
Hace unos meses salió un informe según el cual la venta de productos catalanes en el resto de España ha bajado de media un 20% desde 2005. Así lo refleja también un artículo aparecido estos días en ABC, aunque no especifica estos datos.

Desde que gobierna en Cataluña el tripartito, la imagen de Cataluña ha sufrido mucho en el resto de España. El odio que muestran los nacionalistas a todo lo que suene o se parezca a España ha causado en muchos ciudadanos del resto de España una fuerte antipatía hacia todo lo catalán. 

Tras las numerosas salidas de tono de políticos como Carod-Rovira, Benach o Puigcercós, especialmente también desde aquel viaje de Carod-Rovira a Perpiñán para negociar con ETA que no cometiera más atentados en Cataluña, aumentaron las llamadas al boicot a productos catalanes. Y aunque no parecía tener mucho eco, el boicot lleva ya varios años funcionando y aumentando, como se desprende de la información sobre comercio interior entre Cataluña y el resto de España. 

Una cosa está clara: Sólo cuando a los empresarios catalanes les empiezan menguar los ingresos, éstos empezarán a hacer algo contra la locura separatista. 

Ciertamente es injusto boicotear productos catalanes, porque con ello se daña a todos los que vivan y trabajen en Cataluña. Tampoco está claro qué empresas apoyan al independentismo y al odio antiespañol.  Pero por otra parte el boicot constituye también la única forma de actuar contra el separatismo. ¿Cómo, si no, se puede influir en esa política irracional de los políticos catalanes y de los políticos españoles que apoyan a aquellos, como es el caso de Zapatero?

Los ciudadanos en general tenemos poco poder. Nuestra capacidad de influir en decisiones como la de prohibir los toros o impedir que los centros públicos catalanes ofrezcan la posibilidad de la enseñanza íntegra en español se limita a las elecciones cada cuatro años. Luego deciden los representantes del pueblo en función de sus intereses partidistas lo que se hará o no se hará. 

Últimamente, los independentistas catalanes han tenido mucho interés por las consultas populares. Pero claro, sólo sobre temas que les interesan. En la cuestión de las corridas de toros han optado por no consultar al pueblo.  

Así las cosas, ¿qué le queda al ciudadano para hacerse oír? No hará falta que nadie llame al boicot de productos catalanes. Cada uno actuará según su conciencia. Son actitudes tal vez irracionales, pero ¿son racionales las políticas catalanas? ¿Es racional decir Correbous sí, toros no, artesanía catalana sí, muñecas flamencas no? ¿Por qué deben comprarse detergentes fabricados en Cataluña? ¿Por qué no optar por detergentes fabricados en Madrid o Sevilla? ¿Cava sí? ¿Y por qué no espumoso de La Mancha? El mercado es libre, el consumidor también. Si en Cataluña no hay libertad para decidir si ir a los toros o hablar en español, habrá que hacer uso de otras libertades como la de comprar los productos que uno quiera.

Si en una tienda me tratan mal, ¿cuál es mi poder para castigar a dicha tienda? Evidentemente, no ir más. Hay muchas tiendas del mismo tipo para elegir. Entonces, ¿cuál es el poder del ciudadano frente a Carod, Montilla, Saura o Mas? ¿Son ellos sensatos gobernando? ¿Por qué tendría que ser sensato el consumidor pensando en los trabajadores de Cataluña? También puede pensar en los trabajadores de Sevilla o Madrid.  La supervivencia de una tienda depende de su imagen, la calidad de su servicio y de su oferta. La de una región depende de su imagen, sus gentes y su competitividad frente a otras. Luego es el ciudadano quien decide dónde comprar, dónde pasar sus vacaciones, dónde vivir. ¿Por qué una empresa decide establecerse en uno u otro país?

No apoyo un boicot, porque sé que hay muchos catalanes que no son como sus gobernantes, porque sé que hay gente valiente como Albert Rivera, Carmen de Rivera, Jordi Cañas y todos que les apoyan y que viven y trabajan en Cataluña y no merecen sufrir en sus carnes las consecuencias irracionales -aunque perfectamente entendibles- de la mala imagen de Cataluña creada. Ya sufren bastante la imposición, la persecución y la falta de libertad en Cataluña. El boicot, en realidad, se lo hacen los mismos que siembran odio y mala imagen.

Pero, sin duda, hemos aquí un grave dilema para muchos.

28 julio 2010

Nacionalismo catalán y toros: ¿Libertad para quién?

Hoy, el Parlamento Catalán decide sobre una ley para la prohibición de los toros, la llamada Fiesta Nacional. Se trata de un debate artificial, levantado con tal de polemizar, crispar a la población y reafirmarse en el nacionalismo separatista de los partidos en el poder en Cataluña. Pero ante todo se trata de eliminar todo lo que pueda sonar a nación española, pues molesta mucho a los separatistas que alguien pueda identificarse con la enseña nacional rojigualda de tres franjas, que son tradicionalmente los colores que adornan las plazas de toros. Los toros son, también, un reducto de la Vieja España, una España remota y unida que hoy no interesa a ese nacionalismo separatista inventado sobre la marcha, que campa por comunidades autónomas llamadas históricas sólo en función de algo que hubo en la nefasta segunda república, porque con anterioridad esa supuesta identidad nacional nunca había existido. En todo caso existía y existe una identidad cultural regional, que es otra cosa diferente.

El prohibicionismo parte, asimismo, de una mentalidad totalitaria. En el socialismo nadie puede vivir según su libre albedrío, o usando una frase célebre del gran Rey de Prusia Federico el Grande, para que "cada uno pueda ser feliz a su manera". Esa visión de la vida horroriza a cualquier bolch......, ejem, socialista, porque en el socialismo sólo se puede vivir según lo que considera adecuado el partido o el régimen, porque para eso se ha inventado el igualitarismo, según el cual todos tienen que tener lo mismo y vivir igual de mal y reglamentado - menos los que deciden estas medidas, según el lema de que "todos son iguales, sólo que algunos son más iguales que los demñás". En este sentido, Montilla es un prototipo de bolchevique: Como miembro de la nomenclatura del partido o del régimen, ni él ni los suyos tienen que vivir de la forma ordenada para los ciudadanos en general. Sus hijas van al Colegio Alemán de Barcelona San Alberto Magno para recibir la enseñanza en alemán y español y aprender bien inglés y francés o incluso latín, mientras que sus "súbditos" están condenados a estudiar en catalán sin poder elegir el español como lengua de enseñanza. Y así, si investigásemos a los demás integrantes del régimen separatista catalán, la execpcionalidad en el trato del poco honorable Montilla también se dará en sus camaradas. ¿Y qué nos apostamos si hablamos de brindar con espumoso? No me sorprendería que lo hagan con champán francés.

La prohibición de los toros no sale gratuita a los contribuyentes catalanes, porque implica elevadísimas indemnizaciones a ganaderos y plazas de toros. Pero con tal de eliminar otro signo de identidad española, el régimen separatista catalán no escatima en despilfarro. No sólo quiere quitar una forma de entretenimiento a los amantes de la tauromaquia, sino encima quiere que paguen las consecuencias de la prohibición todos los contribuyentes catalanes, les gusten o no les gusten los toros. Sin la prohibición la fiesta nacional al menos se autofinancia - si dejamos de lado las subvenciones que reciben los ganaderos de las arcas vacías de la Unión Europea, pero que hasta cierto punto podrían tener justificación, ya que la cría de toros protege amplias zonas de campo y monte en España, usadas casi exclusivamente para este tipo de ganadería.

La ley de prohibición supone, además, un nuevo recorte de libertades. Libertades son derechos de los ciudadanos. Cuando el peor de todos los presidentes de gobierno de España accedió al poder prometía más libertades y más derechos para los ciudadanos. Pero la realidad es que los socialistas, en unión con otros partidos de extrema izquierda, no han hecho sino recortar derechos y libertades. Comparado con la época de la transición, hoy nos encontramos fuertemente encorsetados entre prohibiciones y una persecución por medio de vigilancia, denunciación y extorsión en forma de multas varias. A los ciudadanos nos queda cada vez menos margen de decidir por nosotros mismos, y en cada esquina espera el estado para imponernos sanciones. Por añadidura, en Cataluña no se puede ni tener un negocio en la lengua que uno quiera para dirigirse al público deseado, porque el régimen separatista catalán nos impone la lengua en la que deben desarrollarse las transacciones comerciales. Y de la misma forma coloca a comisarios lingüísticos en patios de colegio para vigilar que nadie se atreva a hablar en otra lengua que no sea el catalán. ¿Quién es el estado para imponer a nadie la lengua que debe usar en su tiempo libre? 

Montilla debe ser un buen marxista-leninista, porque a todas luces ha interiorizado bien el lema del dictador ruso por la gracia de los Rockefeller: Libertad ¿para quién? ¿para qué? 

En las próximas elecciones los ciudadanos de Cataluña deberán tener claro si quieren marxismo-leninismo o si quieren libertad. En 1933, una mayoría relativa de alemanes se decidió en contra de la libertad, mientras que la mayoría de los alemanes fue traicionada por la oposición en el parlamento que dio casi íntegramente su voto a favor de la ley de apoderamiento para convertir al pequeño dictador autríaco en tirano. Una vez entregada la libertad en forma de un cheque en blanco, no hay marcha atrás.

En Cataluña sólo queda un partido que defiende esa libertad frente a los otros que permiten o ejercen la tiranía. Reforzar su representación parlamentaria servirá para que sobreviva un baluarte de la libertad en Cataluña, para seguir denunciando los atropellos del régimen separatista catalán y seguir defendiendo un orden constitucional de libertades y derechos puesto en precario por la nomenclatura socialista en España. Es el partido que defiende también la libertad de poder disfrutar de los toros, porque es decisión de cada uno si quiere que exista esta mezcla entre entretenimiento, deporte y arte. Porque la libertad del ciudadano es lo que tiene que prevalecer. Ciudadanos es el Partido de la Ciudadanía, no de la nomenclatura del régimen. Porque lo que cuenta son los ciudadanos, no las ideologías trasnochadas del pasado.


27 julio 2010

Loveparade: El desfile de la muerte

El pasado fin de semana tuvo lugar lo que ha sido, probablemente, el último desfile llamado "Loveparade", lo que traducido a cristiano significa "desfile del amor". A parte de que no tengo muy claro qué tiene que ver con el amor un desfile de camiones con música tecno estridente en y alrededor de los cuales baila sin parar gente llamada "ravers", alguna de ella atiborrada de drogas de diseño y/o alcohol, salvo que se trate de amor en el sentido más vulgar de la palabra. Pero lo que ha quedado claro en Duisburgo, una ciudad mediana de la región industrial y ex minera del Ruhr, en Renania del Norte Westfalia, una parte de lo que era Prusia, es que en el Loveparade ni siquiera ha habido amor al prójimo y donde la estampida entre la aglomeración de gente ha causado 21 muertos por aplastamiento y pisadas.

No es ninguna novedad que las masas, una vez en pánico, no responden a la razón y al civismo, sino al puro instinto de supervivencia, aunque en ello se les vaya la vida. Pero las autoridades de la ciudad de Duiburgo no lo han tenido en cuenta. Sólo la descripción del recinto del festejo indica a cualquiera con un poco de sentido común que no era idóneo para este tipo de evento, pues en las dos décadas de experiencia con el desfile tecno como mínimo se tenía que tener presente que atrae a un número inmenso de personas que quieren sumergirse en los ritmos monótonos de la música, que para algunos sólo es divertida bajo los efectos del éxtasis.

Sea como fuere, la responsabilidad última es del alcalde y su equipo de gobierno, pero también del cuerpo de policía de la ciudad de Duisburgo. Según se ha sabido hoy, el alcalde estuvo advertido del riesgo que implicaba restringir el Loveparade a un recinto cerrado con un único acceso. Aún así, ni el alcalde ni la policía tomaron las medidas adecuadas para evitar lo ocurrido. En lugar de ello, el acceso estuvo vallado impidiendo a la gente que se esparciera ante la imposibilidad de avanzar hacia el recinto del festejo.

Como comenta un testigo presencial en el diario berlinés Der Tagesspiegel, que tuvo la suerte de haber sido de los primeros en pasar el túnel, al verse la gente atrapada en un monumental atasco en el túnel del acceso, muchos querían abandonar el recinto, pero se vieron con que no había salida. La autopista, cerrada al tráfico, estaba vallada, mientras que la policía mandaba a los que querían salir a la entrada principal, completamente intrasitable. Por añadidura, muchos jóvenes ya llegaban bebidos y algunos drogados, lo que no hacía sino agravar el estado físico de algunos.

Otro relato de una víctima en el diario alemán Die Welt es aún más ilustrativo de lo que ocurrió.

Ahora se preguntan muchos por el porqué de lo ocurrido, pero la causa de las muertes es clara. Cualquiera que haya pasado por un lugar con acumulación de masas de gente sabe lo que ocurre: empujan por todas partes, la presión es inmensa, y cuesta muchsísimo esfuerzo mantener una distancia mínima para no ser aplastado. AHora dicen que van a investigar las causas, pero las causas son evidentes. El ayuntamiento tenía que saber lo que necesariamente tenía que ocurrir en una ratonera como el túnel de acceso al recinto, porque el Loveparade atrae a cientos d emiles de personas.

Alemania tiene fama de país organizado, pero su deterioro en todos los ámbitos es evidente. La tercermundización es galopante, empieza por el idioma y acaba en la descoordinación y la falta de previsión. Pensar las cosas de principio a fin antes de hacerlas era una de las ventajas de la mentalidad y cultura de los alemanes. Pero es un pueblo venido a menos.

Ahora se pasan la pelota unos a otros. Igual que en España, nadie asume responsabilidades, y si las asume se queda en decir que se asume. El alcalde y el gobernador civil (presidente de la policía) deben dimitir. Es lo menos que pueden hacer para responder por lo ocurrido. Los organizadores del evento son corresponsables. Tenían que haber sabido que la avalancha de personas planteaba serios problemas de seguridad dadas las características del recinto. No es lo mismo disponer de espacios abiertos que de un recinto cerrado.

Se pregunta uno para qué sirven tantos expertos en universidades y organismos públicos si luego todo el conocimiento queda sin efecto y deciden los más ineptos para cometer siempre los mismos errores. Hoy en día se dispone de información suficiente y fácilmente accesible para planificar a la pèrfección un evento de masas. Tanto más es responsable el alcalde de Duisburgo. Pero en todo el mundo gobiernan políticos sin sentido común y sin interés verdadero por hacer bien las cosas. Así nos va.


25 julio 2010

La degeneración provinciana de la política


España no es el único país europeo u occidental que hace gala de una degeneración progresiva de la política nacional y regional. El mismo mal acusan muchas otras naciones (¿o -visto lo visto-  debemos hablar sólo de estados de origen nacional?) dirigidas por el mismo tipo de políticos y al borde del abismo político y social, aunque no necesariamente económico, que también.

Alemania es un buen ejemplo para ello. Salvando diferencias, es un país que presenta los mismos síntomas de descomposición que España. Lo que aquí es el nacionalismo enfermizo en algunas regiones llamadas comunidades autónomas históricas (como si las demás no fueran igual de históricas que aquellas), en Alemania es la pérdida total de identidades regionales históricas a causa de un diseño de estado impuesto por potencias extranjeras y nunca superado precisamente por la ineptitud y falta de coraje de sus políticos.

Esta semana, el semanario suizo DIE WELTWOCHE publica varios artículos sobre este mismo fenómeno des descomposición tanto en Alemania como en Suiza. Resulta que también en Suiza hay muchos de estos tipejos de políticos, que parecen estar vendidos a intereses totalmente ajenos a sus países, dedicados en cuerpo y alma a la destrucción de sus patrias para servir a un poder en la sombra con objetivos que se parecen más a la dictadura global que a una comunidad internacional cada vez más democrática.

Un fenómeno llamativo de toda esta deriva es lo que apunta Henryk M. Broder en su artículo "República Colorida de Alemania". Parte en su análisis de la situación cada día más complicada de la política alemana, marcada por dimisiones en serie de pesos pesados del partido gobernante, dirigido de una forma más que discutible por la ex comunista de la extinta "RDA" Ángela Merkel, muy interesada en quitar de enmedio a todo el que pudiera hacerle sombra, lo que lleva a su partido y al país a la mediocridad política al más puro estilo provinciano de la república comunista de Alemania Central, con la agravante de que la mayor parte de su partido (CDU) es occidental, pero que no mueve ni un dedo para acabar con su propio hundimiento.

Hemos aquí las dimisiones: Roland Koch, ministro presidente del estado federado de Hesse, anunció  esta primavera su dimisión en el próximo mes de septiembre, por querer dedicarse a otras cosas que a quemarse aún más en el marasmo político alemán. Previamente había dimitido el ministro presidente del estado federado de Turingia tras haber perdido un elevado porcentaje de votos en las pasadas elecciones en su estado. En mayo también perdió más de 10 puntos el ministro presidente de la CDU en Renania del Norte Westfalia, donde gobierna ahora en minoría una coalición entre socialistas y verdes, con el objetivo claro de arruinar aún más las arcas de dicho estado federado. Después, Merkel no tuvo otra ocurrencia que quitarse a otro ministro presidente demasiado querido por los electores nombrándole candidato a presidente de la reopública federal: Christian Wulff, ministro presidente de Baja Sajonia. Y, finalmente, acaba de dimitir el ministro presidente del estado federado de la Ciudad Libre y Hanseática de Hamburgo, el Primer Alcalde Ole van Beust, tras 9 años en el gobierno.

De golpe, Alemania se ha quedado sin personalidades. Me parece necesario que la política se renueve y que los altos cargos políticos no tengan más de dos legislaturas de permanencia en los cargos. Pero para que esta rotación sea efectiva también es importante que exista una cantera de nuevos dirigentes elegidos por las bases de sus partidos, y este no es el caso ni en Alemania ni en España, salvo honrosas excepciones.
Lo que Broder resalta en su artículo en Die Weltwoche es el hecho de que los políticos sólo tienen la voluntad de quedarse desmayados ante los retos. No quieren gobernar, sino "marcar el camino", "aportar ideas para el debate" y, sobre todo, "tender puentes". Esta filosofía también la comparte el nuevo presidente de la república Christian Wulff, más progre que los progres, el típico cobarde de la actual derecha conservadora europea devenida en tontos útiles de la izquierda radical. Wulff dijo en su discurso de investidura que quiere una "república colorida de Alemania" - una república en la que prevalecen los intereses y los derechos de los inmigrantes no integrados frente a los derechos inherentes a todo pueblo occidental de raíces cristianas y con una cultura propia. Wulff se parece mucho a Ruiz Gallardón.

Precisamente es esta cobardía que caracteriza a lo que antes esa la derecha conservadora de Europa y que se somete a la izquierda radical, que a su vez no es cobarde a la hora de imponer sus derivas ideológicas totalitarias a toda la sociedad, que al parecer se ha quedado huérfana de alternativas políticas para hacer frente al abandono sufrido por sus gobernantes.

La política europea no cuenta hoy con grandes hombres de estado como existían hace más de cien años. La ausencia de pensadores políticos con coraje suficiente para resistir a los embistes de la izquierda para crear sentimientos de culpabilidad y de duda sobre la vigencia de las ideas y los valores tradicionales de la Vieja Europa hace que la polkítica en general degenere en provincianismo. La falta de ilustración de la clase política conlleva su radicalización y su falta de respeto a los valores de la democracia verdadera, la democracia participativa y la voluntad popular. Es una nueva especie de feudalismo en el que los señores feudales autonombrados comisarios de la Unión Europea deciden por encima de los ciudadanos y sus parlamentos nacionales, creando situaciones de hecho e imponiendo leyes dictadas por gremios que nada tienen que ver con la democracia representativa.

Necesitamos una regeneración profunda de la política. Tiene que cambiar el estilo de hacer política. Pero para ello es precisa una renovación del pensamiento político y de todo el estamento actual de políticos. Se trata de una tarea complicada, porque los mediocres harán todo lo posible por impedir que se produzca un proceso de renovación de tal envergadura. Al final serán los ciudadanos que con su voto podrían facilitar este cambio. Pero, ¿van a ser capaces de escoger las alternativas?




17 julio 2010

La insoportable levedad del debate sobre el estado de la nación

Esta semana tuvo lugar el habitual debate anual sobre el estado de la nación. Por primera vez en los seis años de desgobierno socialista, Zapatero no pudo -por mucho que quería- dar un discurso triunfante, sino más bien todo lo contrario. Se podría decir que el presidente del gobierno no ha dado con el tema, y en lugar de describir el estado de la nación se dedicó a hablar de planes futuros poco creíbles y con escasa posibilidad de éxito. Merece, por tanto, un suspenso.

Lo que llamó la atención ha sido el tiempo que dedicó al asunto del estatuto de autonomía de Cataluña. Aunque el tema en sí es de envergadura por los efectos que pueden tener tanto la sentencia del Tribunal Constitucional como los planes de Zapatero de apoyar a su camarada Montilla para poner en vigor lo que es constitucionalmente ilegal, no merecía ni ser el primer asunto a tratar ni a ser casi el centro de todo el discurso zapateril y de sus contestaciones a las intervenciones de la oposición. España tiene una serie de problemas de calado, y el estatuto catalán es, en realidad, un problema menor entre todos ellos.

Como no pudo ser de otra manera, las escasas medidas gubernamentales para contrarrestar la crisis económica, tomadas tarde y mal, han sido puntos destacados del discurso. Pero sólo destacan entre ellas los Planes E, que no han dado mucho más de sí que la construcción de aceras en todas partes que, aunque útiles en sí, no sirven para crear empleo a largo plazo, por lo que son más que nada un despilfarro en tiempos complicados.

Por su parte, Rajoy estuvo en su línea, diciendo poco con poca contundencia. Así lo reflejan también algunas encuestas sobre quién ha sido el mejor de los dos: en realidad ninguno. Rajoy y el PP siguen sin convencer a pesar de que Zapatero les presenta los argumentos en bandeja.
Lo lógico sería que el presidente del gobierno analizara primero la verdadera situación de España en lugar de atascarse en un estatuto de autonomía y subrayar sus logros sociales que no son tales, para hacer después propuestas concretas para mejorar la situación. Pero todo quedó en su habitual palabrería hueca, muchas declaraciones de intenciones y poco programa con fundamento. El discurso de Zapatero ha sido soporífero y ajeno a la realidad.

Tanto el PP como el Club de Amigos de Rosita la Pastelera pidieron elecciones nuevas. Pero Rajoy no piensa presentar una moción de censura, porque sabe que no tendría la mayoría necesaria dado que los nacionalistas antes venden su alma al diablo (si no lo han hecho ya) que votar conjuntamente con el PP contra quien más prebendas les está dando con tal de seguir en el poder.

Se puede concluir, por tanto, que ha sido un debate inútil, igual que los anteriores. El debate sobre el estado de la nación debería servir de radiografía certera de la situación general del país y no ser utilizado para maquillar la realidad.

06 julio 2010

Algunas reflexiones sobre la ley del aborto


La nueva Ley de Interrupción del Embarazo es origen de fuertes polémicas entre los grupos que desde siempre están enfrentados por razones ideológicas. Pero más allá del enfrentamiento ideológico, la nueva ley de los socialistas tiene dos características de envergadura:

  • Por una parte rompe con un principio fundamental heredado del Derecho Romano, que consagra ciertos derechos inherentes a toda persona con extensión al naciturus, el no nacido, aún a pesar de no ser persona en el sentido estricto de la ley, pero de los que es titular a partir de su concepción.
  • Los socialistas, tan dados a hablar de derechos, niegan con esta ley los derechos que siempre eran propios del no nacido desde hace más de dos mil años y que la sociedad cristiana adoptó como propios en virtud de los principios que proclama.

Romper con una tradición jurídica que consagraba derechos fundamentales hasta para los no nacidos mucho antes de que se establecieran los derechos fundamentales del hombre en épocas más recientes se podría considerar perfectamente un regreso a una concepción salvaje de la sociedad sin seguridad jurídica. Es, sin duda, un signo más de la decadencia de Occidente.

Esta herencia del Derecho Romano quedaba plasmada en casi todos los códigos que regían nuestra vida civil en el mundo Occidental de influencia romana, como por ejemplo en estos:


Código Civil del Distrito Federal y Territorio de la Baja California de 31-03-1884:

Artículo 11: La capacidad jurídica se adquiere por el nacimiento; pero desde el momento en que un individuo es procreado, entra bajo la protección de la ley y se le tiene por nacido para los efectos declarados en el presente Código Civil.


Siete Partidas, Ley III Título XXIII 4ª Partida:

Demientre que estodiere la criatura en el vientre de su madre, toda cosa se faga o se diga a prodella, aprovéchase ende, bien así como si fuese nascida; mas lo que fuese dicho o fecho a daño de su persona o de sus cosas nos empesce... Et am dixieron que si alguna muger preñada hobiese fecho cosa por que debiese morir, que la criatura que nasciere della debe seer libre de la pena, et por ende deben guardar la madre fasta que para.


El nacimiento determina la personalidad; pero el concebido se tiene por nacido para todos los efectos que le sean favorables, siempre que nazca con las condiciones que expresa el artículo siguiente.

Desde la perspectiva del Derecho Penal, en el aborto se trata de una práctica delictiva ,por dar fin de forma voluntaria a una nueva vida humana, que sólo se despenaliza bajo ciertas circunstancias.

En la Grecia y la Roma antiguas el aborto, así como el infanticidio, estaban generalmente permitidos y socialmente aceptados. Desde que el Derecho se humanizó por influencia del cristianismo, el aborto se ha castigado siempre como un crimen.

En el siglo XX se han producido varias modificaciones en esa situación: la Unión Soviética permitió el aborto en 1920, y en la década de los 30 se añadieron varios países escandinavos y posteriormente otros del Este de Europa entonces bajo la dominación soviética, así como Japón.

A partir de finales de los años 60 se va permitiendo el aborto provocado -con más o menos restricciones, según los países- en el mundo occidental, aunque en muchas naciones sigue respetándose y protegiéndose el derecho a la vida del no nacido.

La reforma del Código Penal establece en el artículo 41 7 bis:


1. No será punible el aborto practicado por un médico, o bajo su dirección, en centro o establecimiento sanitario, público o privado, acreditado y con consentimiento expreso de la mujer embarazada, cuando concurra algunas de las circunstancias siguientes: 

1ª: Que sea necesario para evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la intervención por un médico de la especialidad correspondiente, distinto de aquél por quien o bajo su dirección se practique el aborto.
En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante, podrá prescindiese del dictamen y del consentimiento expreso. 

2ª: Que el embarazo sea consecuencia de un hecho constitutivo de delito de violación del artículo 429, siempre que el aborto se practique dentro de las doce primeras semanas de gestación y que el mencionado hecho hubiese sido denunciado. 

3ª: Que se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas, siempre que el aborto se practique dentro de las veintidós primeras semanas de gestación y que el dictamen, expresado con anterioridad a la práctica del aborto, sea emitido por dos especialistas de centro o establecimiento sanitario, público o privado, acreditado al efecto, y distintos de aquél por quien o bajo cuya dirección se practique el aborto. 

2. En los casos previstos en el número anterior no será punible la conducta de la embarazada, aun cuando la práctica del aborto no se realice en un centro o establecimiento público o privado acreditado o no se hayan emitido los dictámenes médicos exigidos".

Cabe preguntarnos si estamos, por tanto, ante una nueva pérdida de derechos y no ante una extensión de los derechos mediante la legalización de la interrupción voluntaria (incluso arbitaria) del embarazo por no tener en cuenta los derechos que tradicionalmente asistían al no nacido.

Pero por otra parte se trata -también- de una polémica un tanto hipócrita y contradictoria. Como ya comenté en

El debate entre besugos sobre el aborto

"los socialistas creen que resuelven los problemas dictando leyes controvertidas. Pero lo cierto es que con una ley no se soluciona nada si no va acompañada de medidas concretas. En este caso concreto, lo que se pretende es dar el máximo de libertad para abortar sin asumir otras responsabilidades como son la educación, la información exhaustiva, la asistencia psicológica y toda una estructura para apoyar a quienes no desean abotar, pero que optan por esta medida tan drástica por razones primordialmente económicas."

Además, "lo que las organizaciones pro vida quieren vendernos es el derecho a la vida como una imposición ideológica, igual que los socialistas nos venden el derecho al aborto como un logro en derechos sociales. Pero ambos bandos parecen olvidarse de los derechos del no nacido, cada uno a su manera."

Por su parte, el Partido Patético (PP) sólo aprovecha este tema cuando le conviene estratégicamente, ya que cuando gobernó con Aznar no cambió ni un ápice de la anterior ley del aborto, como tampoco puso coto a los atropellos de los nacionalistas (que en el caso de Galicia incluso llegó a igualar bajo el mandato del ex ministro franquista Manuel Fraga y que no ha corregido con Feijoo incumpliendo promesas electorales explícitas).

Para volver al tema que nos ocupa, también cabe otra reflexión. Está claro que la sociedad actual poco tiene que ver con la sociedad romana de hace dos o tres mil años. La sociedad evoluciona, está más informada, vive a un ritmo mucho mayor que antes, tiene una mayor expectativa de vida y necesidades muy diferentes a las que imperaban en tiempos remotos. Desde ese punto de vista puede pensarse que también cuestiones como el aborto voluntario adquieren otra dimensión.
Si pensamos en la sociedad griega anterior a la romana, era habitual controlar el crecimiento de la población abandonando de forma habitual a los nacidos no deseados (considerados -más o menos- no viables económica o socialmente) en la periferia de las poblaciones. La sociedad griega no era por ello más salvaje que la romana, más bien todo lo contrario.

Como dije en el comentario citado, "la legislación restrictiva, que en el fondo apunta a imponer a toda la sociedad unos criterios morales o éticos hasta cierto punto discutibles, además nunca ha tenido un efecto real sobre el número de abortos realizados. Este y otros aspectos de la problemática se resumen muy bien en un estudio sobre la legislación sobre el aborto en Sudamérica y que confirma la opinión expuesta más arriba. A ello hay que añadir el impacto económico del aborto mismo sobre las mujeres de estratos sociales desfavorecidos, como muy bien se explica en otro estudio sobre el tema y del que cito el siguiente párrafo muy ilustrativo:

Cabe esperar que la morbilidad asociada del aborto ilegal disminuya tras la liberalization de los instrumentos legales correspondientes y la prestación de buenos servicios de aborto. Ya se dispone de datos procedentes de diversos países que confirman esta hipótesis. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos de América), el número de ingresos por aborto ilegal con complicaciones en los diez hospitales municipales disminuyó en un 50 % aproximadamente durante los años que siguieron a la liberalization de la ley en 1970 (17). También se ha comunicado de Yugoslavia una disminución del 50 % en el número de ingresos por esa razón durante el decenio que siguió a la liberalization de la ley sobre el aborto (18). En Gran Bretaña y otros países de Europa Oriental se han observado reducciones análogas.

Pero al margen de las consideraciones anteriores, hay mucho más que dejan de lado las organizaciones pro vida. El derecho a la vida también supone el derecho a una vida digna. ¿Cuál es la vida que espera a un no nacido en el seno de un entorno social deprimido y sin expectativas de poder darle una educación y una formación suficientes para poder llevar una vida digna? Obligar a un niño a vivir en condiciones infrahumanas o en un entorno que no le ofrece garantías de una prosperidad mínima crea tanto problemas al futuro miembro de la sociedad como a la sociedad misma como pueden ser la marginación y la delincuencia. Además, obligar a sus progenitores a cargar con el coste que supone tener un hijo impide que éstos puedan vivir en mejores condiciones.


En Nueva York se comprobó que la legalización del aborto y su financiación para las clases desfavorecidas ha tenido una incidencia muy positiva sobre los barrios marginales, ya que la disminución de embarazos no deseados ha mejorado las condiciones de vida de este grupo social en su conjunto."

Se podría argumentar, por tanto, que la sociedad ha cambiado hasta tal punto que incluso cabe reconsiderar la tradición jurídica romana anteponiendo el interés de la mujer embarazada a los derechos que asisten al naciturus desde su concepción, unos derechos más teóricos que reales mientras que no haya nacido y que entran en colisión con el derecho a una vida digna de la mujer a la que el embarazo y el posterior nacimiento del hijo y la carga económica subsiguiente pueden limitar sustancialmente en su desarrollo personal posterior y/o en su situación económica y social. Por añadidura, cabe un debate sobre los derechos del no nacido que se quedan en precario si no cuenta con garantías de desarrollo personal, educativo, profesional, social y económico para tener una vida digna y con un bienestar mínimo.  Además, el derecho a la vida es un derecho fundamental de toda persona. El problema aparece, por tanto, a partir de la definción que se da al concepto de "persona", que como hemos podido escuchar y leer, es muy diferente en algunos socialistas como Bibí Aido. 

Sea como fuere, no entiendo muy bien a las organizaciones pro vida. Si los que tienen las convicciones defendidas por ellas, por la Iglesia Católica y hasta por el PP (al margen de sus propias contradicciones e incoherencias) descartan el aborto por cualquiera de las causas que lo justifican legalmente, ¿de qué se preocupan? Sólo abortarán los que de todas maneras no comparten sus ideas, los que no darían -presumiblemente- una educación de calidad o una vida económica y socialmente digna, o bien los que piensan de forma diametralmente opuesta a dichas organizaciones, lo que, dicho de una forma irónica-sarcástica, en teoría podría contribuir a que disminuirá notablemente el número de personas favorables al aborto tal y como lo plantea la izquierda tan radical que desgobierna. Tal vez merezca una reflexión adicional.

Salvando las distancias, en el fondo con el aborto es como con otras cuestiones marcadas por la imposición ideológica. De lo que no parecen ser capaces los grandes movimientos sociales en España y otros países occidentales es dejar más libertad al ciudadano a la hora de decidir ciertas cuestiones que son fundamentales para su vida. Una cosa es proteger derechos y libertades y otra limitarlos por razones ideológicas o recaudatorias. Vivir y dejar vivir, que cada uno sea feliz a su manera, mientras que no limite la libertad de los demás. La falta de objetividad en el debate es el principal escollo para llegar a un consenso.

Más información sobre los aspectos legales aquí.