La mentalidad decimonónica no sólo afecta a la política, como en el caso de Benidorm. Muy especialmente afecta a algunos que están aún marcados por un cierto fanatismo religioso.
No soy ningún progre, pero tampoco soy carca, y como liberal defiendo ante todo la libertad individual de decidir cómo vivir para que cada uno pueda ser feliz a su manera, siempre que no interfiera en la libertad de los demás, y sólo allí están los límites que a su vez debe proteger la ley.
La sociedad occidental ha avanzado en muchos ámbitos de la vida, especialmente desde los años setenta del siglo pasado. Entre otras, estos avances fueron posibles por esa especie de revolución estudiantil promovida, sobre todo, por estudiantes procedentes de familias de la burguesía acomodada, porque ni siquiera la izquierda tradicional de entonces como la de la socialdemocracia alemana había progresado lo suficiente en cuestiones sociales como la no discriminación de la mujer. A España estos cambios llegaron algo más tarde, pero llegaron.
También desde los años setenta del siglo pasado han cambiado muchos esquemas mentales que antiguamente impedían que se reconociera como iguales a grupos sociales minoritarios caracterizados por un modo de vida diferente al de la mayoría.
Lo que por una parte fueron las mujeres y su liberación social y política promovida por los movimientos feministas (pensemos en este punto en Alice Schwarzer, icono del feminismo alemán, hoy bastante más conservadora que hace treinta años), por otra fueron los gays y las lesbianas, que a través de sus reivindicaciones del Día del Orgullo Gay o Christopher Steet Day consiguieron normalizar la visión de los gays y lesbianas por parte de la sociedad en general.
Esta noche, César Vidal salió a la palestra con citas de Sigmund Freund, que por lo visto consideraba la homosexualidad una enfermedad mental que debía ser tratada. Creo que hemos superado desde hace tiempo esa creencia, defendida antes por muchos médicos y considerada aún hoy en día por bastantes de ellos y sobre todo por la Iglesia Católica, cuando precisamente ésta está aquejada en grado máximo de ese "mal".
Por mucha consideración que pueda tener por César Vidal por sus conocimientos de historia e idiomas y lo acertado de sus análisis políticos, no puedo compartir en absoluto su visión de la homosexualidad. Aunque coincido en muchos puntos en su opinión sobre organizaciónes como la FELGTB o de LGTB en general, a los que César Vidal tiene verdadera manía visceral, la referencia a opiniones de un psicólogo bastante controvertido y cuyas teorías han sido puestas en duda por muchos expertos, me parece fuera de lugar.
Hoy en día es inadmisible calificar a los homosexuales de enfermos mentales. ¿Acaso son enfermos mentales los hombres obesos como César Vidal u otros que a pesar de estar casados acuden a los servicios ofrecidos por prostitutas en cualquier parte de las ciudades?
Señor Vidal, sería de agradecer que tuviera más respeto a aquellos grupos sociales que no comparten sus mismos gustos o formas de vida. Hemos avanzado y Freud era de una época que poco había desarrollado las ciencias sociales y de la psicología como para servir aún de referencia. Freud nació en Freiberg, en la antigua Moravia (hoy Príbor, Checoslovaquia), el 6 de mayo de 1856, y que falleció el 23 de septiembre de 1939, tras haber padecido cáncer durante 16 años. ¿Qué opinión se puede esperar de un señor que creció en una época completamente diferente, en los confines del Imperio Austro-Húngaro?
Sin duda dio un impulso importante al psicoanálisis, pero también Darwin ha sido superado por la ciencia en los últimos cien años. Los medios de los que disponía Freud para investigar no eran más que rudimentarios. Sus afirmaciones de hoy, señor Vidal, están fuera de lugar y no se ajustan en absoluto al respeto a grupos sociales diferentes a los que suelen constituir su entorno habitual. Tal vez haría bien en leer literatura de estos grupos que considera enfermos mentales para darse cuenta que siempre hay que saber ponerse en la situación de cada cual para entender su forma de pensar y actuar.
Hay que vivir en el siglo XXI, no en el XIX. Freud era del siglo XIX y sus teorías también lo eran. En España hay muchos que también siguen mentalmente en el siglo XIX: Los socialistas, los populares, los nacionalistas y... César Vidal. ¿Será una enfermedad mental?
No soy ningún progre, pero tampoco soy carca, y como liberal defiendo ante todo la libertad individual de decidir cómo vivir para que cada uno pueda ser feliz a su manera, siempre que no interfiera en la libertad de los demás, y sólo allí están los límites que a su vez debe proteger la ley.
La sociedad occidental ha avanzado en muchos ámbitos de la vida, especialmente desde los años setenta del siglo pasado. Entre otras, estos avances fueron posibles por esa especie de revolución estudiantil promovida, sobre todo, por estudiantes procedentes de familias de la burguesía acomodada, porque ni siquiera la izquierda tradicional de entonces como la de la socialdemocracia alemana había progresado lo suficiente en cuestiones sociales como la no discriminación de la mujer. A España estos cambios llegaron algo más tarde, pero llegaron.
También desde los años setenta del siglo pasado han cambiado muchos esquemas mentales que antiguamente impedían que se reconociera como iguales a grupos sociales minoritarios caracterizados por un modo de vida diferente al de la mayoría.
Lo que por una parte fueron las mujeres y su liberación social y política promovida por los movimientos feministas (pensemos en este punto en Alice Schwarzer, icono del feminismo alemán, hoy bastante más conservadora que hace treinta años), por otra fueron los gays y las lesbianas, que a través de sus reivindicaciones del Día del Orgullo Gay o Christopher Steet Day consiguieron normalizar la visión de los gays y lesbianas por parte de la sociedad en general.
Esta noche, César Vidal salió a la palestra con citas de Sigmund Freund, que por lo visto consideraba la homosexualidad una enfermedad mental que debía ser tratada. Creo que hemos superado desde hace tiempo esa creencia, defendida antes por muchos médicos y considerada aún hoy en día por bastantes de ellos y sobre todo por la Iglesia Católica, cuando precisamente ésta está aquejada en grado máximo de ese "mal".
Por mucha consideración que pueda tener por César Vidal por sus conocimientos de historia e idiomas y lo acertado de sus análisis políticos, no puedo compartir en absoluto su visión de la homosexualidad. Aunque coincido en muchos puntos en su opinión sobre organizaciónes como la FELGTB o de LGTB en general, a los que César Vidal tiene verdadera manía visceral, la referencia a opiniones de un psicólogo bastante controvertido y cuyas teorías han sido puestas en duda por muchos expertos, me parece fuera de lugar.
Hoy en día es inadmisible calificar a los homosexuales de enfermos mentales. ¿Acaso son enfermos mentales los hombres obesos como César Vidal u otros que a pesar de estar casados acuden a los servicios ofrecidos por prostitutas en cualquier parte de las ciudades?
Señor Vidal, sería de agradecer que tuviera más respeto a aquellos grupos sociales que no comparten sus mismos gustos o formas de vida. Hemos avanzado y Freud era de una época que poco había desarrollado las ciencias sociales y de la psicología como para servir aún de referencia. Freud nació en Freiberg, en la antigua Moravia (hoy Príbor, Checoslovaquia), el 6 de mayo de 1856, y que falleció el 23 de septiembre de 1939, tras haber padecido cáncer durante 16 años. ¿Qué opinión se puede esperar de un señor que creció en una época completamente diferente, en los confines del Imperio Austro-Húngaro?
Sin duda dio un impulso importante al psicoanálisis, pero también Darwin ha sido superado por la ciencia en los últimos cien años. Los medios de los que disponía Freud para investigar no eran más que rudimentarios. Sus afirmaciones de hoy, señor Vidal, están fuera de lugar y no se ajustan en absoluto al respeto a grupos sociales diferentes a los que suelen constituir su entorno habitual. Tal vez haría bien en leer literatura de estos grupos que considera enfermos mentales para darse cuenta que siempre hay que saber ponerse en la situación de cada cual para entender su forma de pensar y actuar.
Hay que vivir en el siglo XXI, no en el XIX. Freud era del siglo XIX y sus teorías también lo eran. En España hay muchos que también siguen mentalmente en el siglo XIX: Los socialistas, los populares, los nacionalistas y... César Vidal. ¿Será una enfermedad mental?
3 comentarios:
No tengo ni idea que escritos de Freud habrá citado (un pensamiento en evolución, como todo pensamiento científico), pero yo tenía entendido que Freud no trataba a los homosexuales como enfermos sino que, más bien, ayudaba a que integraran con normalidad su condición sexual, una idea revolucionaria como otras de su método (propias de una metodología científica y no sectaria) y que, por lo demás, compartían otros psiquiatras no adscritos a su movimiento (lo puedes ver en la película "Maurice", ¡que la recomiendo!).
Lo dicho, no tengo ni idea de donde saca esas citas el Sr. Cesar Vidal pero todo el psicoanálisis las desmiente (y si no, que pregunte a Gabriel Albiac y a Federico Jiménez). Estos psico-maoistas... (en el caso de Cesar Vidal, cristiano-demócratas-conservadores).
Atreides, incurren en una conducta aberrante, antinatural y suicida. Si voluntariamente son inmorales, si no pueden resitirlo son una especie de enfermos, pues sufren una patología.
Desde luego no deben ser objeto de discriminación, ni tienen derecho a intentar callar a quienes consideramos que su conducta no es correcta.
Toda la razón, amigo. Yo también sigo a César Vidal desde hace tiempo y me gustan mucho algunos de sus libros de historia y cultura. Pero no entiendo por qué ofende de forma tan gratuita a los homosexuales con esos chistes fáciles, o sus afirmaciones respecto a que es una enfermedad. Tampoco me gustan nada sus prejuicios lingüísticos, llamando al euskera lengua primitiva o negando la unidad del catalán... Ni me gusta que esté intentando vender el protestantismo a cada paso... Estas son las cosas que me chirrían de él... Qué diferencia su compañero Federico Jiménez Losantos que criticó la homofobia de Pío Moa en su blog de Libertad Digital.
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