Una imagen que dice más que mil palabras: Zapatero inauguró el nuevo curso político en una fiesta sindical que no es sino muestra de la mentalidad trasnochada de la izquierda radical de este país.
Al encuentro con los mineros fantasma (posiblemente había de todo menos mineros, salvo mineros jubilados) asistieron compañeros revolucionarios como Alfonso Guerra, Leire Pajín y la Ministra de (des)Igualdad, Bibiana Aído.
Celebrar una fiesta minera en una región que hoy en día cuenta apenas con minas es un contrasentido, y rodearse, además, de dos mujeres socialistas bastante repipis y pijas levantando el puño izquierdo entonando la internacional no sólo resulta cursi, sino da náuseas. O como diría Ámbar (antes Tamara): Sois pa-té-ti-cos.
Los nostálgicos de la revolución obrera de SOMA-UGT celebran este evento reivindicativo de los derechos de los mineros desde hace 30 años en Rodiezmo (León), con la particularidad que en esta localidad leonesa no quedan minas ni mineros en activo. Con su asistencia, Zapatero pretende prevenir la amenaza de un «otoño caliente» en las calles con cuatro millones de parados y trata de garantizarse una mayoría parlamentaria con los nacionalistas (excepto CiU) y la izquierda para aprobar leyes como la de Economía sostenible. No cabe duda que sabrá evitarlo, pues los sindicatos no sólo son poco representativos en cuanto a su afiliación, sino que están comprados por el estado son sustanciosas subvenciones. El paro para ellos es un negocio redondo: cobran por cada ERE, por cada curso de formación financiado por el estado y por existir, ya que su financiación es un privilegio de tiempos de la transición.
La falta de imaginación y programa serio del gobierno se refleja cada vez que Zapatero pronuncia algún discursito tan enfático y enérgico como poco convincente, lo que es habitual en él, con mensajes como que las pensiones mínimas «ganarán poder adquisitivo» también en 2010.
El secretario general de UGT, Cándido Méndez arremetió contra Mariano Rajoy afirmando que «miente con descaro» cuando critica el subsidio de 420 euros a parados sin prestación. Lo que según Méndez necesita España «no es la reforma laboral que preconiza la CEOE. Lo que necesita España es una reforma empresarial; una patronal que reinvierta beneficios y no trate a los trabajadores como «basura». De eso debe saber bastante el líder de UGT, pues las malas lenguas sostienen que UGT emplea mucha gente con contratos temporales y saltándose muchas veces la legalidad laboral.
Por su lado, Alicio en el País de las Maravillas sigue viendo brotes verdes o la salida del túnel y señaló que España saldría de la crisis «al lado» de Francia o Alemania, sólo que los brotes verdes más bien van a ser malas hierbas venenosas y la luz que ve en el túnel será el tren que viene de frente por la misma vía. Con comparar la situación de España con Francia y Alemania reitera su lejanía de la realidad, su falta de conocimiento de la situación de los dos países más fuertes de Europa. El tejido industrial de Francia y Alemania no es comparable ni de lejos con él de España, como tampoco son las infraestructuras.
Zapatero subrayó también que no tiene voluntad de llevar a cabo reformas estructurales como el abaratamiento del despido. Sólo que sin una flexibilización del mercado laboral no va a conseguir dinamizar la economía española. En lugar de eso apuesta por subir los impuestos.
Pero no hay que pensar que los impuestos van a utilizarse para cubrir el déficit, ¡no! Lo va a aumentar aún más: Con más becas y más gastos sociales. Lejos de compartir la preocupación de muchos analistas por que España termine el año con un déficit público superior al 10% del PIB —creen que haría muy difícil volver al tope del 3% en 2012 acordado en el Pacto de Estabilidad—, José Luis Rodríguez Zapatero advirtió de que el endeudamiento es todavía «bajo» si se compara con el de otros países europeos, según él de hasta 20 puntos. Lo de los 20 puntos será una broma, supongo, o tal vez sea un objetivo. No se puede justificar la mala situación propia con que otros están aún peor.
«Cuando se afronta una recesión —prosiguió Zapatero— los gobiernos tienen que elegir» y él ha optado por unas políticas «de cohesión» social, para que los parados y sus familias no se queden descolgados. Me debo a la inmensa mayoría de los trabajadores que apoyan un proyecto progresista», dijo entre los aplausos de los asistentes convocados por el SOMA. Sólo que no sabe cómo financiarlo - o sí: subiendo impuestos. Esa receta ya la aplicó su camarada socialista y ex canciller federal Gerhard Schröder entre 1998 y 2005, al que un humorista alemán e imitador de voces dedicó la exitosa canción de los impuestos con la música de Aserejé. El resultado fue un desastre económico aún mayor, porque más presión fiscal supone menos actividad económica, menos empleo y menos consumo. Aún se puede recordar Mallorca en 2003 cuando se quedó casi sin turistas alemanes a causa de esa política económica errónea del gobierno rojiverde alemán.
«Es mentira, men-ti-ra», replicó a quienes le acusan de improvisar medidas como los 420 euros para los parados sin prestación —primero para quienes se habían quedado sin prestación a uno de agosto, luego a uno de junio y, por presión de los sindicatos e IU, desde el uno de enero—, porque incluso al mejor trilero le acaban descubriendo su jueguecito. Según él, lo que hace es «dialogar» y «dar respuestas a situaciones concretas», que eso es «gobernar».
Hombre, y nosotros somos tontos y nos lo vamos a tragar. Zapatero improvisa desde que ganó las elecciones con doscientos muertos a la espalda y sin programa de gobierno. Sus ocurrencias espontáneas ya le han costado quebraderos de cabeza a más de uno. La mejor demostración es la desbandada de sus expertos en economía, en la medida en que se puede hablar de expertos en economía tratándose de socialistas.
Como dijo muy certeramente Konrad Adenauer, primer canciller de la República Federal de Alemania: "Todo lo que los socialistas entienden del dinero es cómo sacárselo a los demás."
Al encuentro con los mineros fantasma (posiblemente había de todo menos mineros, salvo mineros jubilados) asistieron compañeros revolucionarios como Alfonso Guerra, Leire Pajín y la Ministra de (des)Igualdad, Bibiana Aído.
Celebrar una fiesta minera en una región que hoy en día cuenta apenas con minas es un contrasentido, y rodearse, además, de dos mujeres socialistas bastante repipis y pijas levantando el puño izquierdo entonando la internacional no sólo resulta cursi, sino da náuseas. O como diría Ámbar (antes Tamara): Sois pa-té-ti-cos.
Los nostálgicos de la revolución obrera de SOMA-UGT celebran este evento reivindicativo de los derechos de los mineros desde hace 30 años en Rodiezmo (León), con la particularidad que en esta localidad leonesa no quedan minas ni mineros en activo. Con su asistencia, Zapatero pretende prevenir la amenaza de un «otoño caliente» en las calles con cuatro millones de parados y trata de garantizarse una mayoría parlamentaria con los nacionalistas (excepto CiU) y la izquierda para aprobar leyes como la de Economía sostenible. No cabe duda que sabrá evitarlo, pues los sindicatos no sólo son poco representativos en cuanto a su afiliación, sino que están comprados por el estado son sustanciosas subvenciones. El paro para ellos es un negocio redondo: cobran por cada ERE, por cada curso de formación financiado por el estado y por existir, ya que su financiación es un privilegio de tiempos de la transición.
La falta de imaginación y programa serio del gobierno se refleja cada vez que Zapatero pronuncia algún discursito tan enfático y enérgico como poco convincente, lo que es habitual en él, con mensajes como que las pensiones mínimas «ganarán poder adquisitivo» también en 2010.
El secretario general de UGT, Cándido Méndez arremetió contra Mariano Rajoy afirmando que «miente con descaro» cuando critica el subsidio de 420 euros a parados sin prestación. Lo que según Méndez necesita España «no es la reforma laboral que preconiza la CEOE. Lo que necesita España es una reforma empresarial; una patronal que reinvierta beneficios y no trate a los trabajadores como «basura». De eso debe saber bastante el líder de UGT, pues las malas lenguas sostienen que UGT emplea mucha gente con contratos temporales y saltándose muchas veces la legalidad laboral.
Por su lado, Alicio en el País de las Maravillas sigue viendo brotes verdes o la salida del túnel y señaló que España saldría de la crisis «al lado» de Francia o Alemania, sólo que los brotes verdes más bien van a ser malas hierbas venenosas y la luz que ve en el túnel será el tren que viene de frente por la misma vía. Con comparar la situación de España con Francia y Alemania reitera su lejanía de la realidad, su falta de conocimiento de la situación de los dos países más fuertes de Europa. El tejido industrial de Francia y Alemania no es comparable ni de lejos con él de España, como tampoco son las infraestructuras.
Zapatero subrayó también que no tiene voluntad de llevar a cabo reformas estructurales como el abaratamiento del despido. Sólo que sin una flexibilización del mercado laboral no va a conseguir dinamizar la economía española. En lugar de eso apuesta por subir los impuestos.
Pero no hay que pensar que los impuestos van a utilizarse para cubrir el déficit, ¡no! Lo va a aumentar aún más: Con más becas y más gastos sociales. Lejos de compartir la preocupación de muchos analistas por que España termine el año con un déficit público superior al 10% del PIB —creen que haría muy difícil volver al tope del 3% en 2012 acordado en el Pacto de Estabilidad—, José Luis Rodríguez Zapatero advirtió de que el endeudamiento es todavía «bajo» si se compara con el de otros países europeos, según él de hasta 20 puntos. Lo de los 20 puntos será una broma, supongo, o tal vez sea un objetivo. No se puede justificar la mala situación propia con que otros están aún peor.
«Cuando se afronta una recesión —prosiguió Zapatero— los gobiernos tienen que elegir» y él ha optado por unas políticas «de cohesión» social, para que los parados y sus familias no se queden descolgados. Me debo a la inmensa mayoría de los trabajadores que apoyan un proyecto progresista», dijo entre los aplausos de los asistentes convocados por el SOMA. Sólo que no sabe cómo financiarlo - o sí: subiendo impuestos. Esa receta ya la aplicó su camarada socialista y ex canciller federal Gerhard Schröder entre 1998 y 2005, al que un humorista alemán e imitador de voces dedicó la exitosa canción de los impuestos con la música de Aserejé. El resultado fue un desastre económico aún mayor, porque más presión fiscal supone menos actividad económica, menos empleo y menos consumo. Aún se puede recordar Mallorca en 2003 cuando se quedó casi sin turistas alemanes a causa de esa política económica errónea del gobierno rojiverde alemán.
«Es mentira, men-ti-ra», replicó a quienes le acusan de improvisar medidas como los 420 euros para los parados sin prestación —primero para quienes se habían quedado sin prestación a uno de agosto, luego a uno de junio y, por presión de los sindicatos e IU, desde el uno de enero—, porque incluso al mejor trilero le acaban descubriendo su jueguecito. Según él, lo que hace es «dialogar» y «dar respuestas a situaciones concretas», que eso es «gobernar».
Hombre, y nosotros somos tontos y nos lo vamos a tragar. Zapatero improvisa desde que ganó las elecciones con doscientos muertos a la espalda y sin programa de gobierno. Sus ocurrencias espontáneas ya le han costado quebraderos de cabeza a más de uno. La mejor demostración es la desbandada de sus expertos en economía, en la medida en que se puede hablar de expertos en economía tratándose de socialistas.
Como dijo muy certeramente Konrad Adenauer, primer canciller de la República Federal de Alemania: "Todo lo que los socialistas entienden del dinero es cómo sacárselo a los demás."
1 comentario:
Como dijo el sabio: "qué país, que paisaje y qué paisanaje "
El paisanaje , es el convidado de piedra en este esperpento.
Y como siempre , la raíz del problema es el déficit educativo que crea masas acríticas y manipulables.
Reconocer el problema es el primer paso para llegar a la solución.
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