10 febrero 2009

Algo huele a podrido en Boadilla

No ganamos para sustos. No bastaba con la chabacana historia del espionaje entre los populares. O tal vez ese haya sido el detonante para lo que ocurre ahora.

Resulta que el jueves salió a la luz una nueva trama de corrupción, esta vez del PP - el Partido Podrido. No es que sólo esté podrido el PP, pues al mismo tiempo se desarrolla sin mucha atención mediática el juicio por la corrupsoe ibicenca, no menos grave que la que parece haberse cocido desde hace dos lustros en la sierra noroeste de Madrid. Pero es tanto más grave que sea precisamente el PP dados los problemas de liderazgo y desacuerdo en el partido.

Hoy ha dimitido -o han hecho dimitir- el alcalde de Boadilla del Monte, la vicealcaldesa, el consejero de deportes de la Comunidad de Madrid y el ex alcalde de Majadahonda (de su puesto chollo de vía muerta de gerente del Mercado Puerta de Toledo) y dos cargos más del PP. Dicen que los detenidos del otro día "no eran militantes del partido" y que "cree en la inocencia del alcalde". Claro, qué van a decir. O me parto de la risa o me echo a llorar. No puede ser que el PP mienta ahora para cubrir las vergüenzas, porque hasta ahora sólo ha sido el PSOE el partido maestro de la mentira descarada. Que dimita tanta gente es porque saben mucho de lo que pasa en el Partido Podrido. Foto: El alcalde cara-de-susto. ¡Hala, a Miami!

Envuelto en el
escándalo está el ex alcalde de Majadahonda, que tras sólo dos años al frente del ayuntamiento se vio obligado a dimitir por sospechas de corrupción inmobiliaria. Y ahora resulta que una detenida era su jefa de gabinete en el ayuntamiento. Su foto de 2003 dice mucho de los personajes, diría yo. A Ortega le conocí una vez en 1991, hizo una promesa a una asociación que nunca cumplió. Ya entonces, este trepa me daba mala impresión, y lo que pasó más tarde sólo confirmó lo que pensaba entonces. Además, en cierto modo es como con Al Capone, siempre caen por cosas menores, cuando el resto al menos se puede intuir, por dos parcelas mal vendidas o recalificadas. Foto: Carmen Rodríguez Quijano y Guillermo Ortega.

Lo que demuestra esta situación creada ahora estratégicamente por el juez Garzón -el juez que más interviene en la política nacional con sus espectáculos de justicia- es que los partidos que llevan damasiado tiempo en el poder, sea donde fuere, acaban en un marasmo de corrupción y tráfico de influencias. Este hecho es aún más llamativo allá donde un partido tiene la mayoría absoluta y no está sometido a control por otros partidos, aunque no pocas veces los partidos minoritarios coaligados caen en la misma tentación que los grandes (véase Pinto).

Este año del búfalo (que comenzó el día 27 de enero, según el horóscopo chino) ha empezado bien. El año del búfalo es el año en que se pone la casa en orden; esto indica que en los países donde hay caos habrá vuelcos en el poder y cambios que llevaran a gobiernos que aprieten y pongan la mano dura. Es el año en que sale a la luz toda la podredumbre oculta hasta ahora. Evidentemente, España es ahora mismo un pantano cada vez más pelado en el que emergen cada vez más troncos podridos. Es hora de una limpieza, un cambio en la política, de más democracia y más paerticipación ciudadana y menos tráfico de influencias.

El PP es -al igual que el PSOE- un partido sin democracia interna. Esto se ve en la manera de hacer política local. Recientemente, el PP de Galapagar ha elegido un nuevo presidente, mejor dicho: no han tenido elección. Génova ha impuesto a José Tomás Román, padre del torero, quien era responsable de que el partido perdiera 18 puntos en las municipales. Los afiliados no pintan nada, todo lo deciden en despachos los autonombrados representantes. Y así será en todas partes. No me extrañaría que Galapagar tuviera buenas relaciones con Boadilla o Majadahonda, sin ir más lejos.

Lo que necesita España es que los votantes echemos a todos estos malos gestores de lo público votando a partidos nuevos con ideas nuevas y maneras nuevas de hacer política. Aunque la naturaleza humana, en términos generales, suele caer siempre de nuevo en los viejos errores, la crisis económica mundial, el desastre de gobierno en España y las batallas de fango tal vez hagan ver con más claridad lo que necesitamos. Gente nueva siempre dará un cambio hacia algo nuevo y tal vez mejor. En cualquier caso necesitamos ese cambio, lo necesitamos ya. Hay dos elecciones autonómicas y las elecciones europeas para dar un toque a los poderes establecidos. ¿Qué tal si se queda en el paro la mayoría de los diputados de PSOE y PP?

2 comentarios:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Huele mal. El PP de esta no sé si se salvará...

Pocomancha dijo...

Si se salvó el Psoe por cosas peores, el PP seguirá adelante. Lo mínimo que se debe hacer es cesar a esas personas, y el PP lo está haciendo. Mangantes hay en todos los partidos, si os contara yo de gente de IU de Madrid, pagando con tarjetas del partido las comilonas que se dan con compañeros de trabajo, si empezamos por ahí, pensad lo que debe haber debajo.
Saludos.