06 diciembre 2009

Trigésimo primer aniversario de la Constitución Española de 1978

Cada año que pasa, las celebraciones del Día de la Constitución se le antojan a uno como la constatación de que España se encuentra en una situación política cada vez más complicada.

Este año, han sido los nacionalistas catalanes los que más han atacado al orden constitucional del Reino de España. Su Estatuto de autonomía reformado hace cuatro años y aprobado por los catalanes en un referendo con la más baja participación electoral registrada hasta aquella fecha en Cataluña y, por tanto, con una legitimidad democrática más que discutible al contar sólo con el voto favorable del 36,51% de los catalanes con derecho a voto y siendo mayoría los que se abstuvieron de ir a votar, aún está pendiente de una decisión definitiva del Tribunal Constitucional sobre la constitucionalidad de algunas de sus disposiciones manifiestamente inconstitucionales.


No es de recibo que el alto tribunal no haya sido capaz de tomar una decisión objetiva sobre un asunto de tanta importancia, ya que los estatutos son la norma fundamental inmediatamente inferior a la Constitución. De hecho, el gobierno tripartito catalán aplica dicho Estatuto sin esperar siquiera una decisión del Tribunal Constitucional, al que considera incompetente para decidir sobre los asuntos catalanes. Y no bastante con esto, la presidente del Tribunal Constitucional no sólo lleva más tiempo del permitido en su cargo, que debía haberse renovado hace ya tiempo, sino que además es sospechosa de connivencia con el entorno etarra y con los nacionalistas catalanes para los que su marido hizo un informe altamente remunerado sobre cuestiones en los que juegan intereses creados de los que se debería mantener alejada la máxima responsable del tribunal en cuestión. Foto: Sanción de la Constitución por S.M. el Rey.

Igualmente preocupante es que el gobierno de la nación no hace otra cosa que dejar pasar todo lo que se permite el tripartito catalán. Es manifiesta la intención del gobierno de Zapatero de apoyar cualquier movimiento que debilite la unidad nacional y el orden constitucional. Que se consienta al gobierno autonómico catalán cualquier exceso legal y que se mantenga a una presidente del Tribunal Constitucional sólo con tal de seguir controlando la mayoría de dicho órgano de decisión es una parte de la actitud irresponsable del gobierno. Otra que se ha sumado estos días a muchas otras actuaciones legislativas de los socialistas es que se intente restringir cada vez más las libertades individuales alegando intereses supremos como los derechos de autor. Perseguir el uso fraudulento de propiedad intelectual ajena no puede justificar en ningún caso la intervención restrictiva o censora en los medios de comunicación como son los sitios de Internet o los blogs, menos aún saltándose la mínima garantía legal que son los tribunales que deben dictar cualquier decisión de cierre o embargo de cuentas en Internet.

Cuando un estado pierde la capacidad de velar por el orden constitucional y las libertades públicas e individuales por medio de la actuación de órganos independientes del ejecutivo y del legislativo, se pone en serio riesgo todo el orden democrático de libertades encaminando al país hacia una dictadura atroz. Al combinar esta deriva antidemocrática con la pérdida constante de valores y la introducción de medios de vigilancia extrema de la vida privada de los ciudadanos (véase Sitel), la situación se vuelve aún más preocupante. Foto: Los ponentes de la Constitución.

En este trigésimo primer aniversario de la Constitución Española de 1978 el panorama es bastante desolador. Pocas son ya las actividades de los partidos y de las instituciones para festejar los logros que supuso la Carta Magna en 1978, porque definió sobre todo los derechos fundamentales de un pueblo que quería vivir en libertad y con garantías democráticas.

Sólo un partido defiende con entusiasmo y decisión la Constitución: C's - Ciudadanos. El Partido de la Ciudadanía está demostrando en Cataluña que es el único partido presente en el Parlamento Catalán que sigue defendiendo la legalidad constitucional y los derechos de todos los españoles en dicha comunidad autónoma. Ojalá todos los demás hicieran lo mismo. Pero parece prevalecer el deseo de destruir lo logrado en más de treinta años y de acabar con una convivencia en paz, prosperidad y libertad. Lo que tiene que prevalecer es la libertad del individuo, no un estado sin ley a merced de políticos irresponsables que sólo se interesan por crear realidades ajenas a la voluntad popular y que nada aportan a la vida en sociedad y en libertad. Foto: El Congreso aplaude la aprobación de la Constitución.

Sería deseable que el próximo aniversario suponga una reconducción de la situación actual y que se pueda celebrar el aniversario de la Constitución sin interrogantes ni mal sabor de boca. La Constitución de 1978 ofrece muchas oportunidades nunca aprovechadas. Intentemos hacer un uso responsable de ellas en lugar de destruirla con demagogia populista, nacionalista y pseudoprogre.

¡Viva la Constitución!
¡Viva España!

¡Viva el Rey!



4 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

La Constitución,Atreides,desgraciadamente, es como un morlaco aculado en tablas que espera agonizante la puntilla.
La puntilla es la sentencia del TC sobre el Estatut y el pistoletazo de salida hacia un nuevo régimen,fraguado por el acoso separatista de los nacionalismos periféricos y el revanchismo indisimulado de un Zapatero con nulo sentido de Estado, al que no le gusta una Constitución nacida del consenso que no habla de vencedores ni vencidos.

Catalán no separatista dijo...

Señor Atreides vives un poco en el pasado. No entiendes que con el tiempo la sociedad cambia, al igual que todas las cosas, y que la Constitución fue un pacto para empezar una democracia ya que se acababa de salir del franquismo. Por eso la Constitución se trazó en líneas muy generales, para que en el futuro se pudiera adaptar de la mejor forma.

La cuestión es que eso pasó hace ya 31 años, y como usted sabrá muy bien, la realidad ha cambiado totalmente.

Como las cosas cambian, las leyes, las instituciones... se tienen que actualizar. De nada sirve anclarse en el pasado porque poco a poco aquello que sirvió y dio sus frutos, va quedando anticuado y con necesidad de reforma para poderse adaptar a los nuevos tiempos.

Piénsalo bien, ¿No da vergüenza, que después de tres años del Estatuto, después de haberse aprobado por referéndum y por votación, se tenga que limitar solo porque los señores del PP tienen ganas de poner un recurso en contra? Y además, si me dijeras que el TC es totalmente independiente, aún, pero no, allí están todos influenciados por diferentes partidos políticos. ¿Cómo quieres que se saque una conclusión objetiva? Si la democracia quiere decir que las decisiones colectivas del pueblo que se hayan aprobado, se tienen que aplicar ¿Qué broma es la actual? Si ya ha sido aprobado por referéndum (y no me venga con la participación, está aprobado Y PUNTO) y ha pasado por el parlamento (encima de lo que se ha recortado ya previamente) se tendría que aplicar ahora mismo. Pero no, aún vivimos en la misma sociedad que en 1978, con los mismos problemas, los mismos valores y las mismas preocupaciones, nada ha cambiado, claro.

Si los catalanes nos sentimos catalanes ¿Cuál es vuestro problema? Si queremos más autonomía, directamente proporcional con el sentimiento que se tiene ¿Qué hay de malo en ello? ¿Quién ha dicho de separarse? Eso solo son los cuatro radicales. Además, que los catalanes tenemos nuestra propia cultura, lengua y sociedad. Todo eso hace que surjan unas necesidades, un sentimiento que quiere vivir dentro de España, pero siendo respetado.

La Constitución fue el inicio de la transición, si queremos hablar de democracia, entiende que hoy no estamos en el 1978, y que aquello que se hizo antaño, no podía prever de ninguna forma que en el futuro surgiera la necesidad de espacio de una nación. Pero ustedes nieguen, y continúen negando, que Cataluña está evolucionando y que por sus características diferentes a las demás comunidades autónomas, necesita más espacio, más respeto y más libertad. Pero claro, ustedes siempre querrán España UNA, GRANDE Y UNIDA.

Espero ansioso su respuesta,

con cariño,

Un Catalán.

Atreides dijo...

Catalán no separatista:
En realidad, ya le contesto en esta entrada a lo que dice. Pero léase también mi artículo del año pasado:
http://www.occidentealaderiva.com/2008/12/trigsimo-aniversario-de-la-constitucin.html
que tiene un enfoque algo diferente del tema.
Una ley no es más legal por haber sido aprobada en referendum, si no se ajusta a la Constitución, no tiene validez.
La baja participación demuestra, además, la poca necesidad que había para reformar el estatuto. es sólo para tener un tema para crispación, que es lo que interesa a los nacionalistas.
Su argumentación es la de los nacionalistas, la mía no es la de un pepero, ya que no soy del PP. Estos argumentos de "bate de beisbol" de que los que criticamos la situación en Cataluña sólo queremos una España tipo franquista son completamente erróneos y sacados de la manga. Lo que les pasa a los nacionalistas es que no quieren saber nada de la legalidad ni de los derechos de los que piensan de otra forma.

Catalán no separatista dijo...

Para que veas que en la historia se crean ciertas "incongruencias", te aconsejo que te leas el siguiente artículo bastante interesante (sobre la aprobación del estatuto):

http://www.lavanguardia.es/politica/noticias/20091208/53839451418/simbolos-nacionales.html

Ya me darás tu opinión.