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La festividad de San Nicolás, cada 6 de diciembre, en realidad era el día de los regalos a los niños. Y no se trataba, tradicionalmente, de grandes regalos, sino de pequeños detalles en forma de chucherías, chocolate o simplemente alimentos que endulzaban la espera de la Noche Buena.
Así surgió la confusión entre Papá Noël y San Nicolás, que en realidad es la misma persona, y tal vez sólo siga existiendo la tradición del día 6, con los zapatos bien limpios puestos delante de la puerta, en países como Alemania, donde tal costumbre siempre había estado muy arraigada.
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Por eso creo que no está de más reproducir aquí un poco la historia de San Nicolás. Sería deseable que los gobernantes -tan dados a hacer desaparecer todo símbolo cristiano de nuestra vida- volvieran un poco a los orígenes e hicieran partícipes a todos de las leyendas y tradiciones que dieron origen a las fiestas de Navidad, porque no sólo nos unen con nuestras raíces culturales e históricas, sino también transmiten valores que se han perdido por completo. San Nicolás ya sólo es un elemento decorativo del marketing navideño, sin el menor romanticismo ni significado para transmitirnos valores de humanidad y solidaridad.
Idéntico destino han tenido los Reyes Magos de Oriente, que en realidad jamás se ocuparon de llevar regalos a los niños, sino sólo a Cristo como nuevo rey en la tierra.
Nació en Patara, en la región bicantina de Licia (actualmente dentro del territorio de Turquía) en una familia adinerada y desde niño se destacó por su carácter piadoso y generoso. Sus padres, fervorosos cristianos, lo educaron en la fe.
Después de la muerte de sus padres, Nicolás heredó una gran fortuna que puso al servicio de los necesitados, según la hagiografía escrita por San Metodio, arzobispo de Constantinopla.
Después de la muerte de sus padres, Nicolás heredó una gran fortuna que puso al servicio de los necesitados, según la hagiografía escrita por San Metodio, arzobispo de Constantinopla.
Al morir sus padres repartió toda su fortuna entre los pobres y se fue a vivir a Myra (Anatolia, actualmente Turquía), donde sería consagrado obispo de una forma muy curiosa. Dice la leyenda que varios sacerdotes y obispos se encontraban discutiendo sobre quién sería el futuro obispo, pues el anterior había fallecido. Al no ponerse de acuerdo, se decidió que fuera el próximo sacerdote que entrase en el templo que casualmente fue Nicolás de Bari.
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Participó en el Concilio de Nicea, condenando las doctrinas de Arrio, quien se negaba a admitir el dogma de la divinidad de Cristo.
Para combatir los errores, utilizaba una dulzura exquisita, logrando grandes y sinceras conversiones, a pesar de su discreto talento especulativo y orador que tanto gusta a los orientales. Sin embargo, cuando se trataba de proteger a los más débiles de los poderosos, San Nicolás, a pesar de su avanzada edad, actuaba con gran arrojo y vigor. Foto: Cuadro de Ilya Repin (1889): San Nicolás salvando a tres inocentes.
Para combatir los errores, utilizaba una dulzura exquisita, logrando grandes y sinceras conversiones, a pesar de su discreto talento especulativo y orador que tanto gusta a los orientales. Sin embargo, cuando se trataba de proteger a los más débiles de los poderosos, San Nicolás, a pesar de su avanzada edad, actuaba con gran arrojo y vigor. Foto: Cuadro de Ilya Repin (1889): San Nicolás salvando a tres inocentes.
Murió el 6 de diciembre del año 345 en Myra, mas sus restos descansan en la ciudad portuaria italiana de Bari pues allí fueron a dar después que fueron retirados de Turquía tras la invasión musulmana. Tras su muerte se convirtió en el primer santo, no mártir, en gozar de una especial devoción en el Oriente y Occidente.
Multitud de relatos milagrosos aparecieron sobre él, desfigurando, a veces, su inminente carácter práctico y sencillo.
Multitud de relatos milagrosos aparecieron sobre él, desfigurando, a veces, su inminente carácter práctico y sencillo.
Son muchos los milagros que se le atribuyen a Nicolás de Bari, pero algunos han traspasado los siglos y son conocidos por devotos y no devotos.
Protector y ayudador de las chicas en edad casadera o en busca de marido.
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San Nicolás de Bari salva a tres inocentes. Uno de los milagros más sorprendentes es él de haber resucitado por su intercesión a tres niños que habían caído de un árbol y muerto al instante. También se le atribuye el milagro de los tres niños sacrificados para dar de comer a los clientes de un hostelero, siendo devueltos a la vida por intercesión del santo. Por este motivo se le representa con tres niños a su lado en una cubeta. A pesar de ser anciano, seguía viajando, evangelizando y entregando juguetes a los niños para recordar a todos que en Navidad recibimos el mejor de los regalos a través de Cristo, la esperanza de la Salvación Eterna.
Otro de los milagros cuenta cómo salvó la vida de tres generales condenados a muerte injustamente
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Uno de los milagros más recientes, ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial, cuenta cómo en un bombardeo a la ciudad de Bari una madre se separó de su niño en medio de la confusión, apareciendo éste horas después en la puerta de la casa, sano y salvo. El niño contó cómo un hombre que describió como San Nicolás le ayudó, le protegió y lo llevó de regreso a su casa. Foto: Basílica de San Nicolás en Bari, Italia.
Hay más leyendas, pero éstas las contaré el año que viene. Feliz Día de San Nicolás. ¿No es curioso que nuestra Constitución se aprobara el mismo día? Tal vez fuera una intercesión del santo para mediar entre las partes. ;-)
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