Las elecciones presidenciales en los Estados Unidos de América han demostrado que aún es posible la democracia a pesar de la manipulación de la opinión pública en contra de candidatos incómodos para los poderes establecidos y los poderes fácticos en la sombra.
Contra todo pronóstico oficial, Donald Trump ha sido elegido nuevo Presidente de los Estados Unidos. Aunque algunos hemos creído posible un resultado como el habido, ya que era palpable no sólo el fracaso de la política de Obama durante los pasados ocho años, sino también la decadencia cada vez más profunda de la sociedad y la economía estadounidenses, con una desindustrialización galopante del país entero en beneficio de una producción barata en países de bajo coste como China y Méjico, con un empobrecimiento de la población propia especialmente en ciudades que antaño eran grandes centros industriales. Finalmente, los medios de comunicación no lograron aupar a Hillary Clinton a presidente del país, lo que ha sido una sorpresa más que agradable.
Ahora, los medios de comunicación se preguntan cómo ha sido posible fallar tanto en los pronósticos. Lo que omiten es que en realidad lo sabían, pero se creían (y creen) con el poder de ser ellos quienes deciden quién puede gobernar y quién no. Pero da la impresión, y ojalá sea cierta, que la mayoría de la población ya no se cree los cuentos chinos de la prensa. Especialmente este año la prensa y la televisión han echado el órdago mintiendo de tal forma que llama la atención a cualquier persona con algo de sentido común.
Un amigo de Facebook -F.H.- expresa muy bien cuál es el sentir de los votantes de Trump:
"When Donald Trump was just a fringe candidate among 16 others, I knew
that he was going to be the man I voted for. I supported him from day
one. I liked him. He seemed like an
average Joe guy who spoke his mind. my father liked Cruz and didn't
think Trump was presidential or could be taken seriously, but after
talking a while I think I turned my father onto the Trump ticket. I
always supported him, and not only did I want to vote for him, I
actually believed in him. I believed in his message from day one, and I
think a whole lot of people understood that message. I think that that
is why he was going to be the new president. I think a lot of people
felt left behind, and they found a man who understood their anger and
despair instead of someone who was out of touch with reality. I think
he will help America be great again, and as an American I feel proud of
this. We now have a man who thumbed his nose at pretty much
everyone ... except the American people, and that's great."
No se trata aquí de ningún político populista, término de moda para aporrear mediáticamente a todo político que no comparte la dictadura del pensamiento único. Cuando Trump dio su discurso de agradecimiento tras la victoria, se veía un hombre natural, sencillo, educado, con una familia igualmente pausada y educada. Su discurso fue sincero y contenido.
Su primera visita al Presidente en funciones, Obama, también reflejó esta manera de ser. Casi diría que ha sido la prensa la que nos ha presentado a un Trump furibundo y maleducado, cuando en realidad tiene un programa político presentable, y precisamente por eso se ha intentado dejarle en mal lugar, como un ogro fascista de otros tiempos. Nada más lejos de la realidad.
Sin embargo, las sesiones de odio orquestadas por la prensa del pensamiento único y los partidos políticos de izquierda, centro-izquierda y centro (que incluye a los partidos paraconservadores acomplejados de ser conservadores) han tenido su efecto nocivo, como se puede comprobar al ver las manifestaciones muy minoritarias de descontentos con la victoria de Trump. Y es justo esta gente que suele hablar de tolerancia la que con más vehemencia grita y agita contra los democráticamente electos, porque no ha salido como ellos querían que saliera.
La victoria de Donald Trump hace que aún se pueda creer que la
democracia es posible. A pesar de toda la manipulación por los medios de
comunicación controlados por el pensamiento único de la izquierda, dominada por ese socialismo fabiano de Bilderberg, al
que se han subordinado los conservadores y liberales de los países
occidentales, la mayor parte del pueblo estadounidense ha elegido el camino de salvar a la
civilización occidental frente a esa capitulación incondicional de los
políticos del buenismo, tan permisivo con la invasión incontrolada por gentes que
quieren destruir Occidente.
Good luck, Mr. President Trump! Que sea este gobierno él de los grandes logros y aciertos. Después de Ronald Reagan, Donald Trump puede ser otro gran presidente de los Estados Unidos.