Más vale lo bueno conocido que lo estrambótico por conocer
C's se equivocó de estrategia el 20-D. No sabía si apoyar al PP o al PSOE, optando por el más débil primero y tras el 26-J por el más votado. Entre unas y otras elecciones daba bandazos cambiando constantemente de postura. Pagó por ello el 26-J, y aún así la rectificación (apoyar al PP) no era de convicción, sino de oportunismo.
A pesar de algunas actuaciones merecedoras de elogio (intentar poner de acuerdo a PP y PSOE para formar una gran coalición o al menos para conseguir el apoyo del PSOE a una investidura del PP -el intento inverso tras el 20-D fue vergonzoso y estuvo fuera de lugar-), la indefinición de Rivera causó más daños que beneficios.
La falta de línea clara ha provocado que sus votantes potenciales, que al igual que ya en 2010/2011 tenían a C's como segunda opción, se decantaran al final por el PP, que es el electorado que nutre principalmente los votos de C's, no habiendo sido capaz de cautivar en número suficiente a antiguos votantes del PSOE.
La inestabilidad creada en España tras el 20-D y el 26-J y todo el circo montado entre Pdr, el Coletas y los separatistas, necesariamente tuvieron que convencer a muchos votantes de la necesidad de votar al partido más serio y con un candidato preparado y fiable (Feijoo y Urkullo), porque más vale lo bueno conocido que lo estrambótico por conocer.
La izquierda variopinta, en minoría, que sigue hablando de gobierno alternativo, cambio y progreso, con su 'mayoría social' virtual imaginada, se desmontará sola paso a paso dando el espectáculo y luchando internamente por el poder que no queda por repartir.
C's nunca ha creído en España, sólo en Barcelona y su extrarradio, y por eso no tiene programa ni una línea clara a seguir. Son los maricomplejines reconvertidos en riveracomplejines: España sí, pero no tanto, liberalismo progresista sí, pero derecha socialdemocratizada también, por si sirve para confundir al personal con palabrería biensonante.
Sin duda, C's podría ser un factor de equilibrio para reformar la política del PP y algunas instituciones del país, dentro de una coalición, pero lo complicado es que la pueda haber a corto plazo. Allí C's ha cometido otro error grave: no querer asumir responsabilidades de gobierno en una coalición con el PP. Querer cambiar cosas desde la oposición es tan cómodo como poco fructífero, y menos aún beneficia la imagen de un partido sin visibilidad ejecutiva. Miedo al compromiso serio y dar lecciones de cómo hacerlo todo mejor no son criterios buenos para avanzar. La política se cambia desde dentro del gobierno, no desde la tribuna. Y eso es lo que ven los votantes, consciente o inconscientemente, y deciden en consecuencia. Ya se vio con Suárez y el CDS: La indefinición y el deseo de contentar a todos lleva al fracaso político. C's está en buen camino para repetir la experiencia.
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