11 febrero 2010

¡Al abordaje! - La SGAE como "piratería" moderna amparada por el Estado

Los titiriteros hicieron un buen negocio al apoyar al PSOE durante los últimos dos años del gobierno Aznar con sus macromanifestaciones pseudopacifistas y pseudoecologistas, con sus gritos de ¡Nunca Mais! y de ¡No a la Guerra! No sólo consiguieron sustanciosas subvenciones para la industria cinematográfica -centrada sobre todo en temas de posguerra y el bando perdedor de la contienda-, que actualmente parecen ascender a unos 88 millones anuales, mientras que no hay presupuesto para cubrir, por ejemplo, equipamientos básicos de la Guardia Civil que costarían sólo alrededor de 15 millones anuales, sino como contrapartida se hicieron con una ley de derechos de autor que viene a ser algo así como Jauja, con unos poderes de ejecución que se podrían llamar plenipotenciarios, inquisitoriales y hasta me atrevería a decir extorsionistas.

Bajo el camuflaje de lucha contra la piratería, la
SGAE (¿Sociedad General de Abordajes y Extorsión?) está llegando a unos niveles de saqueo nunca imaginados. Pero lo que no le falta nunca a la izquierda rancia del PSOE es imaginación para sacar el dinero a los demás, fiel a la definición dada en su día popr Adenauer al decir: "Lo único que entienden los socialistas del dinero es cómo sacárselo a los demás", una afirmación que acierta aún más viendo la situación a la que nos ha llevado la política del no-saber-hacer de Zapatero.

La punta de uno de los icebergs de la SGAE ha sido querer cobrar al municipio de Zalamea de la Serena por su tradicional representación pública y gratuita de la obra titulada
"El alcalde de Zalamea", de Calderón de la Barca, (1600-1681) adaptada por Francisco Brines, quien cedió sus derechos de autor al municipio, siendo los actores los mismos habitantes de Zalamea.

Tras el primer grito puesto en el cielo por el alcalde del municipio, se supo que la SGAE pretendía cobrar entre 12.000 y 14.000 euros por los derechos de autor, aunque luego se aclaró que a la obra de Calderón de la Barca sólo corresponderían 95 euros por función, ya que el resto es por los demás actos culturales del municipio. Aún así, teniendo en cuenta la difusión de la cultura española con obras de teatro clásico y sin derechos de autor de por medio, al haber cedido sus derechos el que adaptara la obra y tener la obra en sí una antigüedad superior a los 50 años, parece un atropello y saqueo en toda regla. Quedaría por saber qué destino pretende dar la SGAE a este dinero al no existir autor que lo pueda cobrar.

Declaraciones alcalde de Zalamea en la COPE:





Gracias a las protestas del alcalde de Zalamea, otro municipio español se sumó a las protestas por las prácticas recaudatorias de la SGAE:

También Fuente Obejuna sufre el acoso de la SGAE por la representación de la famosa obra de teatro que lleva su nombre. Como declaró la alcaldesa de la localidad cordobesa, Isabel Cabezas, al diario El Mundo, la SGAE le reclama 31.987,34 euros por llevar a la escena la obra de Lope de Vega (1562-1635) titulada "Fuenteovejuna". Y no sólo eso: A esta cifra, al parecer, se sumará el diez por ciento de la recaudación de este año. Al lado de esto, las películas sobre la mafia italiana parecen cuentos de hadas.

¿Desde cuándo las leyes de aplican retroactivamente cuando perjudican al ciudadano? Además, en la SGAE se trata de una entidad privada, no de un organismo del estado, y son sus directivos los que deciden entre quiénes se reparte el dinero. 

Lo acontecido este verano pasado en Zalamea y Fuente Obejuna sólo fue una primera muestra de lo que son capaces los piratas recaudadores de la sociedad general de la avaricia. Tampoco dudan en reclamar derechos de autor a colegios que representan obras en sus celebraciones escolares, una costumbre que existe por lo menos desde que existe una enseñanza regulada y que siempre ha formado parte de toda actividad escolar. ¿Es esa la manera de acercar la cultura a los jóvenes y niños? ¿Desde cuándo los colegios e institutos persiguen fines lucrativos con tales representaciones?

Como era de esperar, el responsable de comunicación de la SGAE, Antonio Rojas, se mostró sorprendido por las declaraciones de la alcaldesa de Fuente Obejuna. Según dijo a Efe, tras las negociaciones de los últimos meses, se había llegado a un "entendimiento absoluto" entre ayuntamiento y SGAE según el cual la institución municipal ya había comunicado un compromiso de pago en tres plazos de la cantidad que adeuda. Pero esto no quita que se pueda rebelar contra tales exigencias de derechos de autor para autores que o han muerto o han cedido sus derechos gratuitamente.

Antonio Rojas
informó, además, de que la SGAE no ha recibido notificación alguna en la que se diga que el director de la adaptación de la obra haya renunciado a sus derechos de autor y, "si no tenemos noticias al respecto, no podemos dejar de cobrar porque está recogido por ley". Una ley a la medida de la SGAE y que permite que se cobren derechos sin que los autores lo hayan solicitado ni sean socios de la sociedad. ¿No sería más lógico en este caso que la SGAE demuestre que realmente está facultada para cobrar derechos de autor en virtud del registro de la obra y la inexistencia de anotaciones registrales a favor de terceros?

Pero la serie de lo que se podría calificar de extorsión continúa. Olmedo es otro pueblo vinculado a una obra teatral y obligado a pagar a la SGAE. Según informa El Mundo, la sociedad de autores reclamó a la localidad vallisoletana 1.200 euros por representar la famosa obra de Lope de Vega titulada El caballero de Olmedo.

De acuerdo con la información obtenida por El Mundo, el Ayuntamiento de
Olmedo tuvo que pagar este año 6.000 euros a la SGAE por la celebración de su Festival Olmedo Clásico. Dentro de esa cantidad se incluyen los 1.200 euros que tuvieron que desembolsar por representar El caballero de Olmedo.

El alcalde,
Alfonso Centeno, se sumó a las críticas de sus compañeros de Fuente Obejuna y Zalamea de la Serena, que se negaron a pagar a la SGAE. "También deberían pagarnos porque nuestro pueblo es el escenario en el que se desarrolla" la obra, explica. Y se pregunta, en declaraciones al diario, qué hace la SGAE con el dinero recaudado por representar una obra con cuatro siglos de antigüedad.

En días recientes, el secretario general de la Asociación Española de Editoriales de   Publicaciones Periódicas (AEEPP), Carlos Astiz, se mostró de acuerdo con el presidente de Telefónica, César Alierta, sobre Google y pidió a la empresa estadounidense «una compensación proporcional». Como queda patente, eso de vivir a costa de los demás sin mover ni un dedo ni pensar que algunos medios o instituciones que, como los municipios indicados, promueven la cultura de forma gratuita y hasta altruista, cada vez enciende más los ánimos recaudatorios de ciertas asociaciones, que parecen ver en esta anarquía recaudatoria una fuente inagotable de dinero gracias a la complicidad de un gobierno que con esta actiutud consigue el silencio total de los cejistas sobre la guerra en Afganistán o la discriminación de mujeres musulmanas por imanes enfervorecidos nada conformes con la igualdad de derechos y la emancipación de la mujer.

Pienso que la SGAE se está ganando a pulso todas las antipatías de los ciudadanos y que la ley en que basa su espiral de locura recaudatoria no se ajusta a la realidad ni de los derechos de autor ni del reparto de lo que más que recaudación debería llamarse botín a la vista de los últimos excesos, porque igual que en el caso del cánon digital, en estos casos no se sabe el destino que va a dar la SGAE a tanto dinero cobrado a usuarios y organizadores de los actos culturales.

Y para colmo de los colmos, la justicia parece ponerse de parte de los extorsionistas al condenar a la Asociación de Internautas al pago de una indemnización de 36.000 euros por el daño que esta asociación defensora de los derechos de los ciudadanos ha causado a la imagen y al honor de la sociedad privada de recaudación, una cantidad que sólo puede tener por objetivo arruinar a esta entidad para acallar toda protesta contra el recorte cada vez más vehemente de las libertades individuales y la libertad de la red de redes.




El caso "Putasgae" y la condena de la Asociación de Internautas aquí.



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1 comentario:

Anónimo dijo...

Recuerdo que cuando alió el canon hubo un arquitecto en Málaga que consiguió que le eximieran del pago ya que pudo demostrar que los cd´s los usaba para guardar los documentos que él mismo generaba.

El problema de todo esto es que la SGAE es una gran arma propagandística y aunque todo el mundo la odia, en cuanto salen sus miembros "intelecuales" todo el mundo sabe a quién tiene que votar para que no le suelten los insultos habituales. Vamos, que hubiera sido el trabajo perfecto para Goebbels.
La masa está aborregada y aunque odie a la SGAE ama a los Bardem y hará lo que ellos digan.

Y aparte de eso hay que tener en cuenta que realmente los autores se llevan muy poco beneficio y que estos van a parar a mano de los editores (literarios o musicales). La SGAE es una entidad destinada a renovarse adaptándose a las nuevas tecnologías de documentos electrónicos, o simplemente morir.

Un saludo. Siento no haber comentado antes; muy buenos los artículos sobre los teatros berlineses.