Las Sophiensaele (Salas de Sofía) se encuentran en el antiguo edificio de la Asociación de los Gremios Profesionales (Berliner Handwerkerverein) cuya historia movida comenzó con la construcción de este conjunto de edificios en 1904/1905, en la zona del casco antiguo del Distrito de Centro de Berlín (perteneciente a lo que se llama Periferia Urbana de Spandau), actualmente una de las zonas de mejor reconstrucción y recuperación de la vida en la calle, con sus patios convertidos en zonas comerciales y de restaurantes. Foto: Vista del edificio principal desde el patio.
Las salas se encuentran en una de las calles más antiguas de la ciudad: la calle Sophienstrasse, con una historia de más de 300 años. La Asociación Berlinesa de los Gremios Profesionales »Berliner Handwerkerverein« fundada en 1844 fue una forma particular de la asociación para la formación de los obreros. Tenía la finalidad de ofrecer formación continua técnica de los oficiales de los gremios profesionales para prepararlos para el examen de maestro, pero a la vez ofrecía actividades de ocio para mejorar las relaciones sociales. Foto: Arcos del acceso y la salida al patio, con la inscripción original de la Asociación de Gremios Profesionales de Berlín.
El conjunto de edificios, cuya planta se parece a una H, se compone de más de 90 salas: Aulas, un restaurante con "jardín de cerveza", una biblioteca, una bolera, etc. La sala de actos y baile se alquilaba junto al restaurante situado en la planta baja bajo el nombre de Salas de Sofía qa un arrendatario independiente, y ya en su día las salas se consideraban un popular escenario de teatro.
Con su utilización por el movimiento obrero alemán, para esta casa comenzó una época significativa que se ha prolongado hasta el día de hoy. Durante los años de 1910 y 1920 el edificio era uno de los lugares preferidos de reunión para la izquierda revolucionaria. Entre otros las utilizaban los comunistas Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg para dar sus discursos. Durante la época de la dictadura nacionalsocialista, la sala de fiestas se utilizaba como imprenta para octavillas. Durante la dictadura comunista en la RDA, las salas fueron utilizadas como talleres del Teatro Maxim Gorki. Por ejemplo, en la antigua sala de banquetes de boda se encontraba la sala de pintura, en la Gran Sala de Fiestas la carpintería, algo típico para la desvirtuación sacrílega de edifiocios históricos practicada por los regímenes comunistas, pues como ocurría con toda la infraestructura de Alemania oriental, el abandono y la falta de inversiones hicieron que también estos edificios se quedaron en un estado ruinoso, lo que aún se puede observar, ya que el actual dueño, un alemán afincado en España, no invierte nada. Foto: Imagen de una de las antiguas salas en su época de esplendor.
En el otoño de 1996, los Sophiensaele fueron reabiertos por Jochen Sandig y Sasha Waltz inaugurándose con el estreno mundial de la obra de éxito de Sasha Waltz titulada »Avenida de los Cosmonautas« para servir de lugar de produycción y representación del Teatro Independiente. Foto: El patio visto desde el edificio principal. Un reducto del antiguo y entrañable Berlín.
Desde hace más de una década, los Sophiensäle representan uno de los centros más importantes de la escena alternativa de Berlín y una de las plataformas centrales de teatro, danza, puesta en escena y proyectos musicales. Aquí muestran sus creaciones tanto la escena berlinesa y alemana com o los jóvenes y desconocidos artistas internacionales que obtienen así una carta de presentación en la capital del país. Todos los artistas que quieren actuar en estas salas se tienen que buscar ellos mismos las subvenciones o la financiación. La dirección artística del centro les orienta y decide sobre la idoneidad de las obras antes de comenzar la búsqueda de financiación, pero no interviene apenas en la escenificación de las piezas que los artistas quieren representar. Foto: Los arcos de entrada y salida vistos desde el patio.
El inicio de los Sophiensäle coincide con el final de la cultura off, no solamente en Berlín. Donde antes el teatro independiente se definía a través de una confrontación con el teatro subvencionado, ahora ocupa su propio espacio de afirmación y experimentación con estéticas propias. Muchos de los aspectos que caracterizan a los Sophiensäle como lugar de producción y exhibición -el trabajo en redes internacionales, es decubrimiento de jóvenes creadores, el acompañamiento y apoyo a grupos y directores noveles, la introducción de nuevos géneros y formas- no habrían sido posibles dentro del estrecho marco de la escena off. Así, desde un principio, los Sophiensäle han propiciado un modo de hacer altamente profesional.
El desarrollo de la escena independiente en estos últimos años es precisamente la historia de un renacer. después de la caída del muro existían en el Distrito Centro de Berlín numerosos espacios vacíos, fábricas, edificios culturales, tiendas, almacenes, todo dejado en un estado de total abandono por el régimen comunista. Pero también existían muchas ganas de ocupar estos espacios abandonados. Artistas y creadores -avalados por algunos políticos visionarios que cedieron dichos espacios por alquileres simbólicos- se lanzaron a configurar todo tipo de proyectos innovadores. De esta manera, sin otra ayuda que una pequeña subvención para el alquiler, se creó el concepto de un espacio de producción y exhibición para artistas, los Sophiensäle o Salas de Sofía. Foto: Una de las salas pequeñas. En el techo se aprecia aún el estuco de las antiguas salas de reuniones.
En 1996, cuando Sandig, Waltz -y otros compañeros de profesión como Dirk Cieslak del grupo Lubricat y el artista Jo Fabian- ocuparon los Sophiensäle, allí no había nada: ni escenario, ni sillas, ni luz, ni sonido. Y mucho menos disponían de dinero para producir y programar. Fue Sandig, el gestor nato, quien buscó el apoyo y la colaboración de instituciones como Los Festivales de Berlín (Berliner Festspiele) o quien impulsó, por ejemplo, el realquiler de la sala principal al festival Teatros del Mundo. decisivo fue, no obstante, el furor causado por la compañía de Sasha Waltz desde su primer estreno con Anevida de los Cosmonautas. Sin el talento de esta creadora, que estrenó todas sus producciones en los Sophiensäle hasta 1999 y reinvirtió las ganancias en nuevos proyectos, el centro habría tenido serias dificultades para consolidarse.
Durante todos estos años, los Sophiensäle se han mantenido fieles a su idea original. El centro de trabajo es el propio trabajo, no las actividades paralelas. Ni estrategias de marketing ni conceptos dramatúrgicos a lo largo de la temporada teatral. Sólo el producto artístico, que llega normalmente a los Sophiensäle con una subvención de proyecto bajo el berazo. Allí se desarrolla simplemente con el apoyo humano y de infraestructuras que facilita el pequeño equipo artístico que dirige las salas.
Lo que sí ha cambiado con el paso del tiempo es su estructura organizativa. Cuando en la temporada de 1999/2000 Joichen Sandig y Sasha Waltz dejaron la dirección artística de la sala alternativa para pasar a codirigir la Schaubühne, la gestora Amelie Deufihard asumió la dirección de la casa. Eso sí, siguiendo fielmente el espíritu de sus fundadores Sandig y Waltz, que hoy aún continúan siendo administradores de la sociedad limitada Sophiensäle SmbH. Con la marcha de Deufihard a otra meca de la escena alternativa alemana, a Kampnagel Fabrik en Hamburgo, en 2007, fue Heike Albrecht quien se convirtió en la actual directora artística de los Sophiensäle. Foto: Los sábados tiene lugar en la Sophienstrasse un mercadillo tipo rastro.
Para las salas existe un plan de rehabilitación que cuenta con una subvención del estado federado de Berlín, pero que aún depende de la prórroga del contrato de alquiler por parte del actual propietario para al menos veinte años. Tratándose de un monumento histórico-artístico, tal vez se debería pensar en su expropiación y rehabilitación bajo titularidad pública.
Fotos: (c) Atreides (menos las últimas dos).
Las salas se encuentran en una de las calles más antiguas de la ciudad: la calle Sophienstrasse, con una historia de más de 300 años. La Asociación Berlinesa de los Gremios Profesionales »Berliner Handwerkerverein« fundada en 1844 fue una forma particular de la asociación para la formación de los obreros. Tenía la finalidad de ofrecer formación continua técnica de los oficiales de los gremios profesionales para prepararlos para el examen de maestro, pero a la vez ofrecía actividades de ocio para mejorar las relaciones sociales. Foto: Arcos del acceso y la salida al patio, con la inscripción original de la Asociación de Gremios Profesionales de Berlín.
El conjunto de edificios, cuya planta se parece a una H, se compone de más de 90 salas: Aulas, un restaurante con "jardín de cerveza", una biblioteca, una bolera, etc. La sala de actos y baile se alquilaba junto al restaurante situado en la planta baja bajo el nombre de Salas de Sofía qa un arrendatario independiente, y ya en su día las salas se consideraban un popular escenario de teatro.
Con su utilización por el movimiento obrero alemán, para esta casa comenzó una época significativa que se ha prolongado hasta el día de hoy. Durante los años de 1910 y 1920 el edificio era uno de los lugares preferidos de reunión para la izquierda revolucionaria. Entre otros las utilizaban los comunistas Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg para dar sus discursos. Durante la época de la dictadura nacionalsocialista, la sala de fiestas se utilizaba como imprenta para octavillas. Durante la dictadura comunista en la RDA, las salas fueron utilizadas como talleres del Teatro Maxim Gorki. Por ejemplo, en la antigua sala de banquetes de boda se encontraba la sala de pintura, en la Gran Sala de Fiestas la carpintería, algo típico para la desvirtuación sacrílega de edifiocios históricos practicada por los regímenes comunistas, pues como ocurría con toda la infraestructura de Alemania oriental, el abandono y la falta de inversiones hicieron que también estos edificios se quedaron en un estado ruinoso, lo que aún se puede observar, ya que el actual dueño, un alemán afincado en España, no invierte nada. Foto: Imagen de una de las antiguas salas en su época de esplendor.
En el otoño de 1996, los Sophiensaele fueron reabiertos por Jochen Sandig y Sasha Waltz inaugurándose con el estreno mundial de la obra de éxito de Sasha Waltz titulada »Avenida de los Cosmonautas« para servir de lugar de produycción y representación del Teatro Independiente. Foto: El patio visto desde el edificio principal. Un reducto del antiguo y entrañable Berlín.
Desde hace más de una década, los Sophiensäle representan uno de los centros más importantes de la escena alternativa de Berlín y una de las plataformas centrales de teatro, danza, puesta en escena y proyectos musicales. Aquí muestran sus creaciones tanto la escena berlinesa y alemana com o los jóvenes y desconocidos artistas internacionales que obtienen así una carta de presentación en la capital del país. Todos los artistas que quieren actuar en estas salas se tienen que buscar ellos mismos las subvenciones o la financiación. La dirección artística del centro les orienta y decide sobre la idoneidad de las obras antes de comenzar la búsqueda de financiación, pero no interviene apenas en la escenificación de las piezas que los artistas quieren representar. Foto: Los arcos de entrada y salida vistos desde el patio.
El inicio de los Sophiensäle coincide con el final de la cultura off, no solamente en Berlín. Donde antes el teatro independiente se definía a través de una confrontación con el teatro subvencionado, ahora ocupa su propio espacio de afirmación y experimentación con estéticas propias. Muchos de los aspectos que caracterizan a los Sophiensäle como lugar de producción y exhibición -el trabajo en redes internacionales, es decubrimiento de jóvenes creadores, el acompañamiento y apoyo a grupos y directores noveles, la introducción de nuevos géneros y formas- no habrían sido posibles dentro del estrecho marco de la escena off. Así, desde un principio, los Sophiensäle han propiciado un modo de hacer altamente profesional.
El desarrollo de la escena independiente en estos últimos años es precisamente la historia de un renacer. después de la caída del muro existían en el Distrito Centro de Berlín numerosos espacios vacíos, fábricas, edificios culturales, tiendas, almacenes, todo dejado en un estado de total abandono por el régimen comunista. Pero también existían muchas ganas de ocupar estos espacios abandonados. Artistas y creadores -avalados por algunos políticos visionarios que cedieron dichos espacios por alquileres simbólicos- se lanzaron a configurar todo tipo de proyectos innovadores. De esta manera, sin otra ayuda que una pequeña subvención para el alquiler, se creó el concepto de un espacio de producción y exhibición para artistas, los Sophiensäle o Salas de Sofía. Foto: Una de las salas pequeñas. En el techo se aprecia aún el estuco de las antiguas salas de reuniones.
En 1996, cuando Sandig, Waltz -y otros compañeros de profesión como Dirk Cieslak del grupo Lubricat y el artista Jo Fabian- ocuparon los Sophiensäle, allí no había nada: ni escenario, ni sillas, ni luz, ni sonido. Y mucho menos disponían de dinero para producir y programar. Fue Sandig, el gestor nato, quien buscó el apoyo y la colaboración de instituciones como Los Festivales de Berlín (Berliner Festspiele) o quien impulsó, por ejemplo, el realquiler de la sala principal al festival Teatros del Mundo. decisivo fue, no obstante, el furor causado por la compañía de Sasha Waltz desde su primer estreno con Anevida de los Cosmonautas. Sin el talento de esta creadora, que estrenó todas sus producciones en los Sophiensäle hasta 1999 y reinvirtió las ganancias en nuevos proyectos, el centro habría tenido serias dificultades para consolidarse.
Durante todos estos años, los Sophiensäle se han mantenido fieles a su idea original. El centro de trabajo es el propio trabajo, no las actividades paralelas. Ni estrategias de marketing ni conceptos dramatúrgicos a lo largo de la temporada teatral. Sólo el producto artístico, que llega normalmente a los Sophiensäle con una subvención de proyecto bajo el berazo. Allí se desarrolla simplemente con el apoyo humano y de infraestructuras que facilita el pequeño equipo artístico que dirige las salas.
Lo que sí ha cambiado con el paso del tiempo es su estructura organizativa. Cuando en la temporada de 1999/2000 Joichen Sandig y Sasha Waltz dejaron la dirección artística de la sala alternativa para pasar a codirigir la Schaubühne, la gestora Amelie Deufihard asumió la dirección de la casa. Eso sí, siguiendo fielmente el espíritu de sus fundadores Sandig y Waltz, que hoy aún continúan siendo administradores de la sociedad limitada Sophiensäle SmbH. Con la marcha de Deufihard a otra meca de la escena alternativa alemana, a Kampnagel Fabrik en Hamburgo, en 2007, fue Heike Albrecht quien se convirtió en la actual directora artística de los Sophiensäle. Foto: Los sábados tiene lugar en la Sophienstrasse un mercadillo tipo rastro.
Para las salas existe un plan de rehabilitación que cuenta con una subvención del estado federado de Berlín, pero que aún depende de la prórroga del contrato de alquiler por parte del actual propietario para al menos veinte años. Tratándose de un monumento histórico-artístico, tal vez se debería pensar en su expropiación y rehabilitación bajo titularidad pública.
Fotos: (c) Atreides (menos las últimas dos).
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