30 enero 2010

Haití: ¿Ayuda humanitaria o toma del poder por EE.UU.?

En los últimos años, lo que siempre ha llamado la atención cuando se han producido catástrofes naturales como son los terremotos y las inundaciones por lluvias torrenciales o tsunamis en países subdesarrollados es el negocio que se mueve en un abrir y cerrar de ojos para recaudar fondos para las ayudas humanitarias. La manipulación de las mentes que se está practicando desde hace dos o tres décadas hace su efecto. Basta con llamar a la solidaridad de los ciudadanos de los países económicamente mejor situados como para provocar una oleada de compasión y ayuda espontánea para financiar proyectos humanitarios sin que quede garantizada la máxima transparencia respecto del uso de los fondos recaudados.

Así es que nunca se ha sabido con detalle qué ha sido de los muchos miles de millones de euros recaudados por las organizaciones no gubernamentales ni cuáles han sido los proyectos ejeciutados y los fondos empleados. Los mediois de comunicación -tan dados a proclamar a los cuatro vientos su obligación de inforar- nunca informan ni sobre lkas organizaciones no gubernamentales, sus acciones puntuales o permanentes y el empleo de los fondos.

En muchos lugares se prestan voluntarios a recaudar donativos por las calles o los centros comerciales, sin que quede constancia del control sobre el destino de las huchas y los fondos recaudados. Se sabe de sobra que muchas ayudas nunca llegan al destino o son interceptadas por gobiernos o mafias para ser revendidas a elevados precios o para ser abandonados en medio del descontrol general al ser imposible su reparto.

Pero no sólo existe un descontrol en cuanto a las ayudas humanitarias de los países desarrollados y económicamente pudientes destinadas a los países damnificados por las catástrofes natuirales. Otro aspecto mucho más preocupante es que las grandes potencias aprovechan la debilidad estructural y política de un país, agravada por la catástrofe sufrida, para tomar el control militar del mismo sin encontrar resistencia alguna, entre otras porque -como en el caso de Haití- el gobierno del país no tiene medios materiales para hacer frente a la invasión camuflada de ayuda humanitaria.

Muy ilustrativo es lo que comentó un tal Wilson Guillaume, uno de los cientos de haitianos que viven en carpas, que se encontraba cerca del derruido Palacio Presidencial de Puerto Príncipe: "No he visto a los estadounidenses repartiendo agua y comida en las calles, pero ahora vienen al Palacio Presidencial." O como manifestó este otro, Edmon Reynold: "Vemos que están llegando las tropas de Estados Unidos; ellos son poderosos; no sabemos si en realidad están aquí para ayudarnos".

Haití es un país estratégicamente clave para los intereses de Estados Unidos, ya que se encuentra justo frente a las costas de Cuba. Cuba, por su parte, está ocupando posiciones estratégicas en la zona en virtud de su alianza con elk dictador venezolano Hugo Chávez y los dictadorzuelos pro castristas de Nicaragua, Ecuador o Bolivia. Tampoco venezuela dudó en enviar un avión con ayuda humanitaria a ver si tomaba posiciones en el país del Caribe francófono.

Los que se han quedado sin subir al tren son los franceses. En realidad, desde la independencia de Haití de Francia, el gobierno francés no ha hecho sino la vista gorda cuando se trataba de su antigua colonia. La antigua potencia colonial nunca ha hecho muchos esfuerzos por contribuir al desarrollo ecopnómico, político y social de su antigua colonia, y a la vista está que se trata de un país que sufre desorganización, despotismo político, violencia callejera y miseria, una miseria causada por la sobrepoblación y la incapacidad endémica de toda población de origen africano de darse un orden y desarrollar una mentalidad productiva eficiente. Basta con ver las imágenes de la isla de antes del terremoto para hacerse una idea de que Haití no se distingue en nada de otros países subdesarrolados del continente africano: corrupción, suciedad, superpoblación, ineficacia, caos.

Ahora, Francia ve que EE.UU,. le toma la delantera invadiendo el país e impidiendo a los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales europeos organizarse y repartir ayuda.

El secretario de estado francés Joyandet confirmó que tuvo que intervenir personalmente el pasado sábado ante los estadounidenses en Puerto Príncipe con el fin de obtener la autorización para que un avión con ayuda francesa pudiese aterrizar.

El Ejecutivo de Nicolas Sarkozy se ha quejado de esta forma de que el aeropuerto se haya convertido en un "anexo de EEUU" y considera que el despliegue estadounidense está estrangulando la llegada de la ayuda humanitaria.

EE.UU., eso está más claro que el agua, no tiene como prioridad ayudar a una masa de pobres, sino de tomar posiciones de control. Francia no ha sabido reaccionar, a pesar de tener en la zona varias colonias suyas (llamadas "departamentos") como Guadalpue y Martinica, desde las que podría haber organizado con rapidez cualquier ayuda o intervención en Haití.

Joyandet indicó además que elevó una protesta oficial ante los EEUU. Sin embargo, en París, el Ministerio de Asuntos Exteriores quitó importancia al incidente y aseguró que la coordinación franco-americana se efectuaba "de la mejor forma posible" sobre el terreno. No cabe duda, no quieren dar imagen de desunión entre aliados de la OTAN. Pero la realidad es otra.

El percance pone de manifiesto que Francia, la antigua potencia colonial, no quiere ceder protagonismo y lucha para reivindicar también su papel. Nicolas Sarkozy se anticipó a Barack Obama anunciando la celebración de una conferencia internacional para recaudar fondos y coordinar la ayuda.

Brasil también está molesto por el hecho de que los vuelos militares de EEUU tengan prioridad en el congestionado aeropuerto de la capital de Haití, y que los vuelos de otros países se desvíen a República Dominicana, algo de lo que también se han quejado Médicos Sin Fronteras y la Cruz Roja. Brasil, no lo olvidemos, es la nueva potencia de la América Latina y pone de manifiesto con cada vez más vehemencia su nuevo papel en la zona. Eso explica, quizás, que Lukla da Silva no esté muy por la labor de colaborar con el dictador venezolano, a pesar de tener una ideología de origen bastante parecida. Pero Brasil es mucho más que Venezuela y quiere hacer valer su peso sin ceder a pretensiones hegemónicas emergentes de países del área de influencia de Cuba.

Mientras tanto, en Europa nos inundan en todas partes con los mensajes de ayuda humanitaria a favor de Haití: recelo de estas ayudas, por falta de transparencia. También recelo del mensaje que lanzan nuestros medios de comunicación de que Haití es un país devastado. No olvidemos que la zona afectada principalmente es la de la capital Puerto Príncipe, en la región sur del país, mientras que en la mayor parte de Haití la vida sigue su ritmo normal. Esa es otra manipulación interesada más. Exijamos transparencia e información detallada sobre lo que ocurre en Haití y lo que deja o no deja hacer EE.UU. Es un error confiar en lo que nos cuentan. Haití necesita una reorganización para ser reconstruido, pero los intereses hegemónicos de varias potencias en la zona lo van a impedir, aunque visto el panorama, mejor que controlen el país los estadounidenses que los regímenes dictatoriales de la zona.

4 comentarios:

Persio dijo...

Nada mejor para los haitianos que los USA tomaran una posición hegemónica en el país. A Puerto Rico creo que no le ha ido mal.
Por otro lado, no creo que esté tan mal ponerse en medio del eje, contrastadamente expansionista y totalitario, Cuba-Venezuela.

Pero como el colonialismo está mal visto, nada como la independencia con respeto de las potencias extranjeras... y el sometimiento absolutos a los reyezuelos locales. Eso es lo que prima. Y lo que ha fracasado desde hace 2 siglos de independencia.

Atreides dijo...

No digo que esté mal que EE.UU. tome posiciones, pero creo que la forma es lo que falla. Sería mejor que la UE controlara un poco más lo que se hace y no dejase todo a EE.UU., ya hemos visto cómo actúan en Iraq y Afganistán ocupando terceros países. Desde luego hay que evitar que Cuba y Venezuela puedan poner el pie en Haití.

Cristian Keipert dijo...

fuera estados unidos de la tierra del che guevara
la patria grande
AMERICA LATINA!!!!!
YANKEES AT HOME, OLIGARQUIA AL CARAJO!!!!

Atreides dijo...

Keipert, el Che era argentino y no haitiano, de modo que no era su tierra.
Comparada con la dictadura comunista castrista en Cuba, segunda patria del Che, una oligarquía es mejor que aquella, aunque no deseable.
Los yanquis siempre están en casa (at home), querrás decir que se vayan a casa (go home).
¿Qué tal unas clases de geografía y de ingles?