Todo se puede decir con una sonrisa...
Desde que inició su particular campaña preelectoral de la Z, para poner patas arriba a la ortografía española, y con la que parece reirse de todo y de todos, lo que dice mucho de su talante como gobernador, Z parece superarse día a día.
Desde la Cumbre Iberoamericana, de la que volvió partiéndose de la risa de lo sucedido, al parecer sin ser consciente de la gravedad de los ataques del dictador venezolano contra España, y riéndose de la llamada ingenua de agradecimiento de Aznar por la defensa (que ya sabemos no fue iniciativa de Z sino de S.M. el Rey), ahora Z se ríe de los usuarios de los trenes de cercanías de Barcelona, sin la menor sensibilidad por un tema muy delicado. Que los barceloneses tarden varias horas para llegar al trabajo o a casa, parece que da igual, jaja, qué divertido, jeje, ay qué gracia tiene Z, qué buena pareja hace con malafuente.
Es de esperar que los barceloneses tomen buena nota del talane de su gobierno, un gobierno que no sólo desconoce la realidad que viven los ciudadanos a diario, sino que no hace absolutamente nada para remediar los males que aumentan cada día. Ni toma medidas contra la inflación galopante, ni ha tomado medidas para contrarrestar el bajón en el mercado inmobiliario que ya se anunciaba hace años, ni tampoco sabe gestionar eficazmente unas obras públicas que deberían mejorar y no empeorar la vida de los ciudadanos. La ligereza con la que, al parecer, se han planificado unas obras importantes va al unísono con la ligereza con la que el gobierno de Z se toma la realidad internacional y la falta de respeto que otros países con regímenes evidentemente enemigos muestran hacia nuestro país, que recientemente perdió también la oportunidad de ocupar el cargo más importante de la OTAN y que ha cedido el puesto número 8 en el ranking de los países con el PIB más elevado al Reino del Canadá (no tardaremos en perder también este puesto).
También se tomó a risas los vaticinios de los expertos internacionales sobre el futuro económico inmediato de España y que cuentan con una recesión a medio plazo (en 2009). Obviamente, la inflación va a provocar -y ya provoca- una disminución del consumo y, por ende, significará una pérdida de empleo. La necesidad de hacer frente a tipos de interés más elevados y la duplicación de los precios de los artículos y servicios de primera necesidad implica renunciar a la compra de otros artículos más prescindibles, aunque importantes para el crecimiento de la economía.
A todos estos problemas generales se añade una inmigración descontrolada, que combinada con una pérdida de puestos de trabajo especialmente en la construcción va a conllevar problemas sociales significativos.
Pero Z zahiere, aunque sin sandunga. Su votantes ¿seguirán aplaudiéndole?
No hay comentarios:
Publicar un comentario