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07 septiembre 2009

Libertad versus Libertinaje: La indisciplina como expresión de la mala educación

Un principio del liberalismo es que la libertad de uno acaba donde empieza la libertad de otro, y eso incluye la disciplina en todos los ámbitos, algo que no se aprende sin que las autoridades de cada ámbito lo enseñen.

Lamentablemente, desde la generación del 68 en Europa se ha expandido la creencia de que el antiautoritarismo es lo que ayuda a desarrollar plenamente la personalidad, sin fronteras, cuando en realidad ha llevado a un egoismo enfermizo que implica la falta de respeto y la desconsideración hacia los demás. Esto se observa muy bien en los comportamientos de ocio: botellones, ruido por la calle, fiestas en pisos sin límite de hora. Cada uno pide para sí mismo la libertad ilimitada para "desarrollar su personalidad".


Por añadidura, la inmigración descontrolada y la adaptación de nuestras sociedades occidentales a las exigencias tercermundistas de muchos de los inmigrantes ha hecho perder una cultura que era bastante ordenada. La tolerancia que nos exigen parece implicar tolerar cualquier desmán de gentes que no han tenido el desarrollo social que hemos tenido en Europa y que para colmo suelen ser, en su mayoría, de un estrato social muy bajo, ya que los que tienen más nivel social, cultural y económico no tienen, normalmente, la necesidad de emigrar. Quienes nunca han aprendido comportarse disciplinadamente y llegan a una sociedad en la que se ha impuesto el antiautoritarismo progre, nunca aprenderán a comportarse.


Entre unos factores y otros, niños y jóvenes crecen en una sociedad en descomposición en la que cada uno hace lo que le dé la gana, sin respetar normas, usos y leyes. Expresión de ello en lo político son los nacionalistas y extremistas de cualquier índole que anteponen sus intereses egoístas a la ley imperante, animados por la dejadez de funciones del gobierno y de la justicia. Lo que ocurre en colegios e institutos sólo es expresión de lo que ocurre en todos los ámbitos de la sociedad actual: Padres que no tienen educación no pueden transmitir valores a sus hijos, el egoísmo de los individuos favorece la descomposición de la familia, de la convivencia en sociedad, el compañerismo se convierte en competencia desleal, agresividad e indiferencia.


Sería interesante saber de aquellos que son responsables de la educación de hijos, niños, jóvenes y ciudadanos cuáles piensan pueden ser las soluciones. ¿Cómo se puede imponer otra vez disciplina y aplicación entre los alumnos? ¿Cómo se puede conseguir civismo entre jóvenes y no tan jóvenes para sentar las bases de un desarrollo de la sociedad occidental en armonía?


Lo que suele ocurrir es que unos se pasan la pelota a otros sin dar soluciones, aunque los padres, profesores y agentes sociales por sí solos no pueden solucionar nada, aunque sí pueden contribuir a mejorar las condiciones de convivencia.


¿Cuál es la razón de ese deterioro en los últimos 30 años? ¿Cómo es posible que los ministros de educación no hayan actuado? ¿Cómo es posible que los políticos gobernantes se preocupen más por la crispación para satisfacer sus delirios de poder y cambio social en lugar de dedicarse a la
res pública, la causa común que debería regir para establecer las premisas del buen gobierno? ¿Qué es lo que hacen realmente los ministros de educación y cultura?

Se puede observar que en los colegios privados el tema de la disciplina y la aplicación es muy diferente. ¿Por qué funciona un sistema de pago y no un sistema gratuito sostenido por los contribuyentes? ¿En qué falla la escuela pública? Evidentemente no falla como tal, sino falla su dirección ministerial.


Los movimientos revolucionarios como él del Mayo de 1968 han tenido sus aspectos positivos, porque sirvieron para remover formas de pensar anticuadas como la discriminación de la mujer frente al hombre, de la madre soltera frente al matrimonio, del socialmente desfavorecido frente al económicamente pudiente. Pero el haber removido muchas estructuras sociales como el sistema educativo y sus contenidos fundamentales ha causado muchos desajustes que se han convertido en una especie de cáncer social difícil de extirpar.

El exceso de solidaridad e igualitarismo han llevado a un descenso del nivel cultural y educacional de las sociedades occidentales en el que el individuo pierde cada vez más libertad para desarrollarse en condiciones óptimas en una sociedad igualada, pero sin oportunidades reales de progreso, porque la igualdad igualitaria limita mucho más la libertad individual por quedar ésta restringida para favorecer a los que no quieren progresar ni quieren dejar que progresen los demás. El igualitarismo lleva al parasitarismo financiado por los que aún tienen valores y sostienen las bases económicas de la sociedad.


29 enero 2009

EpC: We don't need no thought control

Another Brick in the Wall Part 2 (Waters) 3:56

We don't need no education
We don't need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave them kids alone
Hey! Teachers! Leave them kids alone!
All in all it's just another brick in the wall.
All in all you're just another brick in the wall.

"Wrong, Do it again!"
"If you don't eat yer meat, you can't have any pudding. How can you
have any pudding if you don't eat yer meat?"
"You! Yes, you behind the bikesheds, stand still laddy!"


Por veintidós votos frente a siete, el Tribunal Supremo rechazó ayer la objeción de conciencia respecto de la asignatura que nació envuelta en la polémica. Avaló, de momento, esta materia pero deja la puerta abierta para que los padres puedan impugnar el programa, e incluso los libros de texto. Y advierte a las distintas administraciones de que en ningún caso puede imponerse una «moral oficial» a los alumnos.

Totalitarismo 1 : Estado de Derecho 0

Así se podría describir lo que ha parido nuestro Tribunal Supremo: Una sentencia dictada conforme a motivaciones subjetivas, no objetivas. Una sentencia que la ministra Cabrera ya conocía de antemano. Una sentencia con la que los jueces se lavan las manos al no hacer otra cosa que decidir a favor del gobierno socialista y en contra de las garantías constitucionales.

No es que la asignatura como tal fuera contraria a la Constitución ni que fuera objetable, pero sí lo son algunos o incluso muchos de sus contenidos, así como la forma en que se tratan muchos temas.

Estaba claro lo que el gobierno persigue con este invento copiado de la extinta (aunque en muchas mentes no tan extinta) República Democrática Alemana (la Alemania comunista disuelta en 1990), que tenía exactamente este tipo de asignatura con el mismo nombre -Staasbürgerkunde- para adoctrinar a los escolares en aquel estado totalitario (y que siga existiendo el muro en las cabezas de muchos alemanes orientales es precisamente una consecuencia de este adoctrinamiento ideológico, que no paraba y seguía en las empresas del estado -es decir, en el 99% de las empresas- y en todas partes). Se trata de controlar las mentes de los menores de edad para que en un futuro no tan lejano sean fieles al pensamiento de la izquierda.

El Pleno de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo tenía sobre la mesa cuatro recursos, planteados por la vía de la protección de los derechos fundamentales, contra otras tantas sentencias de dos tribunales superiores de justicia: una del de Andalucía, que admite el ejercicio del derecho a la objeción de conciencia, y tres del de Asturias en sentido contrario.

Resulta evidente que los jueces, la justicia en su conjunto, no tienen ideas claras sobre lo que se tienen que considerar derechos fundamentales consagrados por la Constitución. La Constitución se interpreta cada vez más según los pareceres ideológicos de los jueces, no de forma objetiva interpretando los preceptos constitucionales por encima de consideraciones personales o partidistas. Con ello, la judicatura española demuestra que su nivel de profesionalidad es pésimo. Pienso que es un mal profesional de la justicia quien no es capaz de desprenderse de sus ideas y deseos personales de índole política para poder enjuiciar de forma equitativa, independiente y objetiva cualquier problema que se plantea en relación con los derechos garantizados por la Constitución. De esta forma, las garantías constitucionales no son tales, dado que se interpretan arbitrariamente. Esto es como con la Biblia: cada secta o vertiente religiosa cristiana la interpreta según lo que más le convenga, cuanto más radical la secta, más totalitaria la interpretación.

El mayor fallo del que adolece la justicia en España -como también en otros países europeos- es que el poder ejecutivo se entromete o los poderes fácticos se infiltran cada vez más en sus instituciones y retuercen el derecho constitucional en la dirección que interesa más a estos poderes. No es posible, no es aceptable que la Constitución se interprete en cada momento según quieran los poderes políticos. Un derecho fundamental como es la educación pública tiene que quedar garantizado en todo momento como el derecho de que los escolares reciban una educación imparcial, no manipulada ideológicamente, equilibrada y objetiva. Pero en España éste no es el caso.

La historia de Educación para la Ciudadanía y los derechos humanos ha corrido paralela a la Ley Orgánica de Educación (LOE), aprobada por el parlamento en 2006. Desde los primeros debates de la LOE, la nueva asignatura se reveló como uno de los aspectos más controvertidos de la misma. El Gobierno socialista la defendió siempre por la necesidad de que la escuela impartiera valores a través de una materia específica y no sólo de forma transversal en el conjunto de todas las materias. Argumentaron los promotores de la disciplina que los vientos europeos soplaban en esa dirección y que en la mayoría de los países del viejo contiente existía una asignatura para educar en valores como la participación y el respeto. Asimismo y en pleno debate de la nueva ley, el Consejo de Europa proclamó 2005 como el Año Europeo de la Ciudadanía a través de la educación.

Cierto. Y no hay nada criticable en educar a los niños en los valores de la participaciíon y el respeto. Pero estas materias que tratan los fundamentos del estado, que en un país occidental libre se suelen denominar como teoría social y política, no plantean nunca tanta discrepancia como en España. Aquí se trata de controlar las mentes de los menores que aún no se han formado y están desarrollando su propia personalidad y su propio pensamiento. Este desarrollo del individuo debe ser libre, cada persona debe tener la oportunidad de llegar a sus propias conclusiones y a no ser manipulada por el estado.

Le decisión del Tribunal Supremo pasa ahora la pelota al Tribunal Constitucional y debe creer que con dejar abierta la posibilidad de impugnar ante la justicia materias o contenidos concretos de esta asignatura es algo así como una decisión salomónica. Está muy claro que impugnar contenidos no lleva a nada. Debería ser el mismo Tribunal Supremo quien establezca qué tipo de contenidos no deben permitirse o cuáles son los criterios que deben regir para preparar los temas de la asignatura. Pero en lugar de ello ha hecho lo que quería el gobierno, poniendo en precario derechos constitucionales y que se niega, evidentemente, a garantizar, pues ante la duda la mejor solución habría sido decidir en contra de una asignatura que no ha hecho más que crispar a la ciudadanía y que parece difícilmente controlable en cuanto a sus contenidos dada la descentralización de la educación.

No necesitamos esa educación. No necesitamos que controlen nuestras mentes.

Fuente letra: Pink Floyd Lyrics

03 diciembre 2008

De Cabreras, Franquismo y el origen de todos los males

Este gobierno no tiene vergüenza, como tampoco tiene conocimientos de la historia ni noción del tiempo. Ahora sale la Ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera, para afirmar que "la violencia contra las mujeres que actualmente se registra en España guarda una estrecha relación con la herencia de un pasado en el que no éramos ciudadanas de pleno derecho", en referencia a la época franquista. Foto: A Mercedes Cabrera se le ha quedado cara de logse.

Durante la inauguración de las jornadas "Las mujeres bajo la dictadura franquista", que se celebran desde ayer y hasta hoy en Madrid organizadas por la Fundación Pablo Iglesias, la ministra afirmó, como historiadora de profesión, que "una reflexión histórica de esta cuestión, sobre ese pasado en el que los hombres de nuestras familias, nuestros padres o nuestros esposos decidían por nosotras, seguramente nos permita también decir cosas sobre un problema de hoy como es el de la violencia contra las mujeres".

Cabrera pidió que las reflexiones que salgan de estas jornadas contribuyan a resaltar "la conciencia sobre la necesidad de mantener las instituciones democráticas día a día", y que también sirvan para saber "de qué manera un pasado no democrático pesa" sobre un problema tan dramático como la violencia de género.

Además, la ministra, que también es miembro de la Fundación Pablo Iglesias (lo que dice mucho de sus creencias democráticas viendo las cosas que dijo en su día Pablo Iglesias, un ejemplo de la no violencia, que entre otras perlas dijo esta: "Queremos la muerte de la Iglesia. Para ello educamos a los hombres, y así les quitamos la conciencia**. No combatimos a los frailes para ensalzar a los curas. Nada de medias tintas. Queremos que desaparezcan los unos y los otros."), aseguró que los historiadores del franquismo tienen sobre sus hombros "una gran responsabilidad", porque "hay que explicarle a la sociedad qué pasó durante los años más oscuros de nuestro pasado".

Apeló a su cargo de ministra de Educación para instar a estos historiadores a contar a los estudiantes lo que pasó durante la dictadura de Franco. "Tenemos que hacerlo en las escuelas, en los institutos y en las universidades", afirmó.

No se trata de la primera salida de los cabales de esta ministra. A principios del año ocurrió lo mismo con la educación tras salir el Informe PISA de 2006. Como muy bien comentó en su día Batiburrillo, es como el agua de la educación que Rodríguez Zapatero ha llevado al molino de la Memoria Histérica. Según el peor presidente del gobierno de la historia democrática española, los datos del Informe Pisa 2006 evidencian que el problema del sistema educativo español radica en que "hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo fruto del país que teníamos". Foto: Cabrera con Zapatero: ¿Productos del franquismo o de deficiencias congénitas?

En otro blog, Pepe Burglary ofrece un resumen muy bueno de todo lo que se ha dicho sobre la culpa de Franco en relación con el bajo nivel educativo actual en España y cita una afiormación de José María Fernández en el Diario de América: "El Presidente del gobierno español, Zapatero, cursó Derecho a trancas y barrancas, no habla ni un solo idioma extranjero y no se ha cultivado en nada porque presume de haber jugado al baloncesto y de haber leído a sus dos niñas 500 veces el libro de Bambi". Claro, la culpa de que Zapatero no hizo los deberes es de Franco y la represión franquista.

Nuevamente ha quedado patente que este gobierno nos quiere hacer creer que antes de Zapatero estaba el Franquismo, no una democracia de una antigüedad de casi tres décadas, con un intervalo de gobierno socialista de trece nefastos años durante los cuales el PSOE tuvo la ocasión de reformar el sistema educativo para elevar el nivel (fruto de ello es la LOGSE) y el carácter pacífico de algunos miembros de clases sociales bajas que optan por pegar en lugar de dialogar.

Olvida la señora Cabrera que la mayor parte de las personas que cometen delitos de violencia de género no son de origen español ni tienen edad para haber sufrido el sistema social represivo franquista. Olvida que los musulmanes reciben instrucciones claras del Corán para someter a las mujeres y pegarlas cuando no obedecen. Es más: Se presenta toda la problemática de la violencia de género como si fuera un mal endémico de toda la sociedad, cuando en realidad casi sólo afecta a personas de condición social muy baja, en entornos sociales conflictivos y que desconocen por completo tanto el ordenamiento jurídico como que no suelen haber llegado a un nivel de formación más allá de la educación primaria. Y si hay violencia de género en estratos sociales superiores, no suele llegar a conocerse por ser más psicológica que física y por resolverse por otros cauces que la prensa amarilla. Por añadidura, la misma policía reclama más medios para poder actuar en casos de violencia de género, pero también ocurre que a veces la policía no hace ni caso de las denuncias y acude tarde o demasiado tarde, que los jueces no actúan cuando reciben las denuncias o que las víctimas de malos tratos permiten que se les acerquen nuevamente sus parejas maltratadoras. Evidentemente, todo un fenómeno heredado de otras épocas...

El gobierno socialista nos quería hacer creer que con dictar una ley contra la violencia de género, sectaria por no respetar la igualdad entre hombres y mujeres y discriminar a los hombres maltratados frente a las mujeres maltratadas) se acabaría un problema que realmente ha aumentado con la inmigración masiva de personas procedentes de otros países, generalmente subdesarrollados económica, social y políticamente.

No creo que durante el Franquismo hubiera más violencia de género que ahora. Es cierto que la mujer (casada) no tenía plenos derechos civiles, pero ello no es sinónimo de un fenómeno que hoy en día se utiliza para la agitación y que afecta a muy pocas personas en el conjunto de la sociedad. La violencia de género no es sino un elemento del agit-prop de la izquierda, un medio de intimidación de la sociedad civil, un medio de manipulación de las mentes, un instrumento ideológico para establecer patrones de valores que interesan a la izquierda, con términos tabúes y términos permitidos, para el control paulatino del pensamiento, de las opiniones y de las actitudes.

Pero el problema no es lo que pasaría hace más de treinta y tres años en España. El problema es que este gobierno tiene un fracaso tras otro. En cinco años de gobierno zapateril, España ha retrocedido cuarenta. El nivel democrático nunca ha sido tan bajo como ahora en estos 33 años de democracia (30 años de democracia constitucional), el nivel educativo no ha sido tan bajo en al menos 40 años y era, sin duda alguna, mucho mejor en tiempos de Franco que en la actualidad. La economía sufre el peor desastre de los últimos treinta y cinco años, por la inoperancia de un gobierno que en lugar de buscar soluciones a tiempo se ha dedicado sistemáticamente a negar lo que expertos internacionales ya avisaban hace años.

Resulta patético y está fuera de lugar echar la culpa de todos los males al Franquismo. En estos 30 años de democracia constitucional los políticos han tenido tiempo para mejorar las condiciones de vida, el nivel educativo y la mentalidad democrática. Pero especialmente la izquierda no hace más que hablar de un pasado tenebroso y muy lejano como la segunda república y de un régimen dictatorial que hoy en día muy poca gente recuerda como algo propio. La obsesión de este gobierno por el Franquismo es enfermiza y soporífera y no se justifica de ninguna manera. Cualquier intervención de los ministros y las ministras en actos públicos demuestran que no saben ni hablar ni escribir sus discursos ni mucho menos gestionar sus carteras. Son como sacados de un comic de El Jueves, de mala calidad y con poca gracia. ¡Cabrera, a con las cabras!