A ZP le gusta el tango etarra: Un paso adelante, dos pasos atrás. |
El anuncio de ETA de una tregua en la "lucha armada ofensiva" no ha sorprendido en exceso,ya que desde hace meses se habla de negociaciones mil veces desmentidas por el experto en mentiras del gobierno y presunto artífice de maniobras de terrorismo antiterrorista del estado, un hombre que a pesar de su infame talante sigue alcanzando altos puestos en la valoración por los (pocos) ciudadanos que se supone preguntan en encuestas de opinión.
Existen varias razones por las que ETA anuncia ahora, al más puro estilo tenebroso de la organización con capuchas y boinas (¡qué ridículos son, pero qué peligrosos a la vez!), una nueva tregua de nueva formulación: cese de la lucha armada ofensiva.
Primero, en los últimos años ETA ha sufrido una merma importante de sus aprovisionamientos con armas y explosivos y de efectivos humanos para perpetrar atentados sobre todo gracias a la contundencia del gobierno francés y luego del gobierno portugués en la persecución de los etarras. Tanto el descubrimiento de las madrigueras de la banda como la detención de numerosos dirigentes y activistas de ETA ha supuesto un debilitamiento de ETA hasta el punto de que ha quedado incapacitada para operar en España, y los últimos atentados -aunque a pesar de todo con resultados de muerte- han dejado ver que su ejecución ha sido bastante chapucera, especialmente en los atentados frustrados.
Esta situación hace que ETA necesite reorganizarse y reabastecerse con armas y explosivos y forma a sus integrantes de nueva generación para que actúen con más acierto y menos visibilidad. Esta estrategia ya la vimos cuando Zapatero consiguió aquella tregua que no era tal y que acabó con la voladura el parking de la T4 en Madrid-Barajas.
En segundo lugar podemos recordar todos que en o alrededor de las conversaciones en Perpiñán ETA ofreció incluso la posibilidad de que Zapatero pudiera obtener el Premio Nobel de la Paz (existen grabaciones d eun comentario de un miembro de ETA comentando este plan) si a cambio de algunos efectos especiales para ganar las elecciones generales de 2004 y una posterior negociación con ETA Zapatero podía lucisre con la hazaña de haber acabado con el terrorismo en España - aunque a cambio de meter a ETA en las instituciones políticas para facilitar el camino "democrático" de la independencia del País Vasco. Está claro que es ETA quien pone las condiciones, no Zapatero. La cuestión es sólo cómo camuflar el rendimiento de Zapatero ante ETA como un gran logro suyo.
Los recientes beneficios penitenciales que el mentoroso mayor del Reino concedió a numerosos asesinos etarras para acercarlos a las Vascongadas son una muestra más de que existen negociaciones. Estos favores tienen ahora una contrapartida hábilmente definida como cese de lucha armada ofensiva.
Por otra parte, el PSOE se negó rotundamente a revocar la autorización del Congreso para llevar a cabo negociaciones con ETA. Sólo este hecho es prueba suficiente de las verdaderas intenciones del gobierno socialista.
A consecuencia de todo ello, Francia no dudó en reforzar la vigilancia y las detenciones de etarras en su suelo, porque cuanto más se acerque la posibilidad de un País Vasco independiente, más comprometida se verá la paz en el sur de Francia y la integridad territorial del país vecino. Y tanpoco Porugal parece estar muy por la labor de permitir que en su territorio se asienten terroristas. Que luego los éxitos de ambos países se vendan como mérito del gobierno español en su lucha antiterrorista no es más que el intento de disimular su fracaso en una estrategia tramposa alevosa dirigida a reforzar a los nacionalistas separatistas y desintegrar España como país, una estrategia que Zapatero y Rubalcaba complementan con los besapies en Rabat para estudiar cómo podrían entregar territorio español a un país enemigo expansionista y opresor.
No queda muy claro cuál es el pensamiento y cuáles son los objetivos de la izquierda española en particular y de la izquierda europea en general. Pero una cosa está clara: Quiere sumir en la más absoluta miseria a sus países y acabar con sus señas de identidad y su unidad nacional.
Tampoco se entiende el intenso interés de los partidos democráticos por salvar el pellejo a contrincantes peligrosos y desestabilizadores como son los partidos que persiguen la destrucción de España y la opresión de la población por una dictadura al más puro estilo bolchevique. Batasuna es competencia directa tanto del PNV como de los demás partidos nacionalistas vascos. No quiere que gobierne ningún partido de ámbito español y constitucionalista, como es ahora el caso en el País Vasco. Gracias a este gobierno del PSE apoyado por el PPC llevamos un par de años que no tenemos que soportar los discursos de un desequilibrado mental como Ibarreche o de Arzallus, ya que el PNV ha quedado al margen de la escena política vasca por estar en la oposición y sin liderazgo claro.
Que Zapatero, como jefe de un gran partido nacional, muestre tanto empeño en reflotar a los etarras y sus partidos separatistas es del todo incomprensible. ¿Se imaginan una empresa dando máximo apoyo a un competidor para que le quite negocio a la primera? Pues eso es lo que hacen Zapatero y muchos otros políticos que en realidad deberían ser declarados incapacitados para el ejercicio de cargos públicos al no defender ni al país que representan y gobiernan ni a los programas y fines de sus programas electorales que no incluyen el apoyo y fomento de partidos y bandas terroristas dedicados en cuerpo y alma a la desestabilización y el desmembramiento de España.
La estrategia es tramposa porque encubre otras intenciones que la de la inserción en la vida política democrática y de la defensa de los intereses comunes de todos los españoles. La estrategia es alevosa por la mala fe de los que anuncian la tregua, que no es sino una tregua parcial y limitada en el tiempo, igual que la anterior. La banda se reserva el derecho a la defensa armada, que no se sabe muy bien lo que se puede considerar defensa desde el punto de vista etarra. Y la estrategia es doblemente alevosa por la mala fe del presidente del gobierno, que entre otras quiere lucir el Premio Nobel de la Paz para afrontar las próximas elecciones sin poder presentar otros resultados más consistentes como son mejores tasas de empleo, menos endeudamiento, más garantías constitucionales y un prestigio internacional que asegure la estabilidad e inviolabilidad de las fronteras con países claramente hostiles.
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