La limitación de la libertad individual hecha atractiva con diseño y marketing
Lo que se vende como extravagancia es en realidad un intento encubierto de monopolización del mercado
Anotación del autor de 10/2016: En la fecha de redacción del artículo aún no había la liberación de las cápsulas para que sean compatibles otras marcas de café con las máquinas fabricadas para Nespresso e incluso se puedan comprar cápsulas reutilizables para ser rellenadas con el café que uno quiera, de modo que la libertad individual se recupera en este sentido.
Desde hace unos cuatro o cinco años, la incursión de Nespresso en el mundo del café ha cambiado bastante la tradición cafetera. La aparición del café encapsulado ya había comenzado unos años antes y estaba más bien enfocado en las máquinas de café para empresas y oficinas para mejorar la calidad del café e individualizar su consumo mediante sistemas patentados de máquinas de café espresso perfectamente adaptadas a las necesidades de rapidez y espacio, limpieza y facilidad de manejo. Foto: Un dispensador de cápsulas. Muchos diseños y muy caros. Hay que sufrir para ser elegante.
Lo que ha cambiado con Nespresso es la imagen de esta nueva forma de consumo de café, que hasta su aparición no tenía aún la imagen de calidad y extravagancia que Nestlé ha sabido conseguir con diseños exclusivos, cápsulas de colores y cafés de calidad en mezclas variadas, a veces aromatizadas, y con diferentes intensidades.
Cada vez existen más tiendas de lujo de Nespresso, mientras que aparecen otras marcas con otro tipo de cápsulas y mecanismos patentados que se dirigen a un público de menor capacidad adquisitiva o menos afición al lujo en que se está convirtiendo el consumo de café con el sistema de Nespresso.
Cuando se lee sobre el proceso de fabricación del café de Nespresso, destacan dos aspectos: Por un lado se trata de un proceso de alta tecnología bastante aséptico, y por otro lado el sistema desvirtúa por completo el producto para producir un costoso embalaje con un contenido de café molido que ni se ve ni se huele, pues todo se reduce a diseño y color. Foto: Los Daleks tienen un parecido curioso con las cápsulas de café. No olvidemos que los Daleks son malos malísimos y exclamaban siempre: Exterminate! Algo así dirán los que están detrás de las cápsulas, quieren exterminar a la competencia.
Las cápsulas (y esto seguramente vale para todos estos sistemas de café encapsulado) son formadas por aluminio y diferentes folios de plástico tipo membranas que encierran el café al vacío y lo protegen contra la oxidación. Por otra parte, se pierde todo el rito de la preparación del café, pero no sólo eso: Al tratarse de sistemas patentados, las máquinas sólo funcionan usando las cápsulas diseñadas para ellas, es decir, siempre de la misma marca, y sólo se pueden adquirir en las tiendas de la marca, salvo las de menor coste y calidad que se encuentran en los hipermercados. Es decir, resulta imposible preparar café con otras marcas como en una máquina de espresso tradicional, lo que limita la libertad de elección del consumidor y supone una desventaja competitiva para otros fabricantes y manufactureros de café que no tienen acceso a estos sistemas de cápsulas. Foto: Abriendo una cápsula uno pierde el entusiasmo que puede haber sentido por este sistema tan revolucionario de preparar café.
Personalmente, he comprobado que los cafés de Nespresso no me sientan bien, me causan dolor de estómago, suelen ser muy fuertes y subir la tensión de una forma que no se da en cafés normales, dando igual si bebo las variedades suaves o fuertes. Ello lleva a que no se puede beber más de dos tazas si se quiere evitar estar con dolor de estómago durante todo el día.
Comparado con cafés tradicionales, hay una diferencia abismal, como la hay también entre tostaderos industriales y manufacturas de menor tamaño que tuestan el café de forma más lenta y cuidadosa, mientras que las grandes fábricas lo hacen a gran velocidad con temperaturas más elevadas, lo que destruye el aroma del café e incrementa su contenido de ácidos. Una buena manufactura de café tuesta los granos durante 15-20 minutos a fuego lento, lo que hace que sus cafés se toleren mucho mejor que otros de tipo industrial. No sólo cuenta el origen y la calidad del grano, sino sobre todo su tratamiento. Foto: Una manufactura tradicional de café. ¿Esto o los laboratorios robotizados de Nestlé?
Por muy elegante y exclusivo que quede comprar cápsulas de café en tiendas Nespresso (no siendo nada elegante que últimamente, ante el éxito del invento, se tenga que hacer cola a pesar de la eficacia de su personal), si luego el café tiene efectos secundarios adversos (como el dolor de estómago y subidas de tensión) y se convierte el consumo de café en una especie de sistema aséptico y plastificado de bebida rápida acompañado de la pérdida de libertad de elección y uso obligatorio de determinadas máquinas, acaba dejando un mal sabor de boca en todos los sentidos. Foto: Lujo y altos precios. Una tienda de café en forma de boutique de decoración alto standing.
La experiencia es gratificante hasta cierto punto, pero el sistema es totalitario y excluyente. Por muy bonito que sea el disfraz, la libertad individual se queda en el camino.
Para terminar, un vídeo de un corto gracioso sobre la rebelión de los granos de café contra las cápsulas.
Comentado en: Somelier de Café
Lo que se vende como extravagancia es en realidad un intento encubierto de monopolización del mercado
Anotación del autor de 10/2016: En la fecha de redacción del artículo aún no había la liberación de las cápsulas para que sean compatibles otras marcas de café con las máquinas fabricadas para Nespresso e incluso se puedan comprar cápsulas reutilizables para ser rellenadas con el café que uno quiera, de modo que la libertad individual se recupera en este sentido.
Desde hace unos cuatro o cinco años, la incursión de Nespresso en el mundo del café ha cambiado bastante la tradición cafetera. La aparición del café encapsulado ya había comenzado unos años antes y estaba más bien enfocado en las máquinas de café para empresas y oficinas para mejorar la calidad del café e individualizar su consumo mediante sistemas patentados de máquinas de café espresso perfectamente adaptadas a las necesidades de rapidez y espacio, limpieza y facilidad de manejo. Foto: Un dispensador de cápsulas. Muchos diseños y muy caros. Hay que sufrir para ser elegante.
Lo que ha cambiado con Nespresso es la imagen de esta nueva forma de consumo de café, que hasta su aparición no tenía aún la imagen de calidad y extravagancia que Nestlé ha sabido conseguir con diseños exclusivos, cápsulas de colores y cafés de calidad en mezclas variadas, a veces aromatizadas, y con diferentes intensidades.
Cada vez existen más tiendas de lujo de Nespresso, mientras que aparecen otras marcas con otro tipo de cápsulas y mecanismos patentados que se dirigen a un público de menor capacidad adquisitiva o menos afición al lujo en que se está convirtiendo el consumo de café con el sistema de Nespresso.
Cuando se lee sobre el proceso de fabricación del café de Nespresso, destacan dos aspectos: Por un lado se trata de un proceso de alta tecnología bastante aséptico, y por otro lado el sistema desvirtúa por completo el producto para producir un costoso embalaje con un contenido de café molido que ni se ve ni se huele, pues todo se reduce a diseño y color. Foto: Los Daleks tienen un parecido curioso con las cápsulas de café. No olvidemos que los Daleks son malos malísimos y exclamaban siempre: Exterminate! Algo así dirán los que están detrás de las cápsulas, quieren exterminar a la competencia.
Las cápsulas (y esto seguramente vale para todos estos sistemas de café encapsulado) son formadas por aluminio y diferentes folios de plástico tipo membranas que encierran el café al vacío y lo protegen contra la oxidación. Por otra parte, se pierde todo el rito de la preparación del café, pero no sólo eso: Al tratarse de sistemas patentados, las máquinas sólo funcionan usando las cápsulas diseñadas para ellas, es decir, siempre de la misma marca, y sólo se pueden adquirir en las tiendas de la marca, salvo las de menor coste y calidad que se encuentran en los hipermercados. Es decir, resulta imposible preparar café con otras marcas como en una máquina de espresso tradicional, lo que limita la libertad de elección del consumidor y supone una desventaja competitiva para otros fabricantes y manufactureros de café que no tienen acceso a estos sistemas de cápsulas. Foto: Abriendo una cápsula uno pierde el entusiasmo que puede haber sentido por este sistema tan revolucionario de preparar café.
Personalmente, he comprobado que los cafés de Nespresso no me sientan bien, me causan dolor de estómago, suelen ser muy fuertes y subir la tensión de una forma que no se da en cafés normales, dando igual si bebo las variedades suaves o fuertes. Ello lleva a que no se puede beber más de dos tazas si se quiere evitar estar con dolor de estómago durante todo el día.
Comparado con cafés tradicionales, hay una diferencia abismal, como la hay también entre tostaderos industriales y manufacturas de menor tamaño que tuestan el café de forma más lenta y cuidadosa, mientras que las grandes fábricas lo hacen a gran velocidad con temperaturas más elevadas, lo que destruye el aroma del café e incrementa su contenido de ácidos. Una buena manufactura de café tuesta los granos durante 15-20 minutos a fuego lento, lo que hace que sus cafés se toleren mucho mejor que otros de tipo industrial. No sólo cuenta el origen y la calidad del grano, sino sobre todo su tratamiento. Foto: Una manufactura tradicional de café. ¿Esto o los laboratorios robotizados de Nestlé?
Por muy elegante y exclusivo que quede comprar cápsulas de café en tiendas Nespresso (no siendo nada elegante que últimamente, ante el éxito del invento, se tenga que hacer cola a pesar de la eficacia de su personal), si luego el café tiene efectos secundarios adversos (como el dolor de estómago y subidas de tensión) y se convierte el consumo de café en una especie de sistema aséptico y plastificado de bebida rápida acompañado de la pérdida de libertad de elección y uso obligatorio de determinadas máquinas, acaba dejando un mal sabor de boca en todos los sentidos. Foto: Lujo y altos precios. Una tienda de café en forma de boutique de decoración alto standing.
La experiencia es gratificante hasta cierto punto, pero el sistema es totalitario y excluyente. Por muy bonito que sea el disfraz, la libertad individual se queda en el camino.
Para terminar, un vídeo de un corto gracioso sobre la rebelión de los granos de café contra las cápsulas.
Comentado en: Somelier de Café
9 comentarios:
Atreides, este café nunca lo he probado. Te recomiendo, ya que vives en Madrid, que compres los de la Mexicana, en los cultimos 4 años han añadido cafes de Kenia, Etiopía, Guatelama Y Java buenísimos.
El últomo no lo pruebo, por ser tierra de moros, pero eso es otra cosa.
Me gustaría saber que considera un "café normal" el autor de este blog. Si los cafés espresso de Nespresso te causan dolor de estomago, no quiero imaginar que te puede causar un espresso hecho en una maquina de verdad con la dosis correcta de café. Los cafés de Nespresso son bastante suaves, incluso algo aguados, ya que llevan un par de gramos menos de café que el café espresso de verdad.
Anonimo, en el texto lo explico claramente. No se trata de que sea un expreso, sino de la composición del café en las cápsulas.
"Comparado con cafés tradicionales, hay una diferencia abismal, como la hay también entre tostaderos industriales y manufacturas de menor tamaño que tuestan el café de forma más lenta y cuidadosa, mientras que las grandes fábricas lo hacen a gran velocidad con temperaturas más elevadas, lo que destruye el aroma del café e incrementa su contenido de ácidos."
Es cierto que el modo de preparación expresso da una taza más concentrada y puede afectar más a estómagos delicados. Pero un buen café en expresso no tiene nada que ver, lo digo porque trabajo en un bar y tenemos la Mexicana, y a todo el mundo le encanta. Yo me tomo unos 4-5 al día y no suelo tener problemas, pero cuando me tomo uno en el bar de mi barrio me duele el estómago (vaya bar...).
Los de la Nespresso (q me saben todos igual) a veces también me provocan dolores, por eso también creo que tiene que tener mucho que ver con la composición o el proceso productivo.
Como la mexicana son artesanos y pequeños, no deben emplear sistemas industriales y deben preocuparse por cada tueste, por eso no provocan molestias.
Gracias, Chaplin, me alegro que coincidas con mi opinión sobre Nespresso. He comprobado lo mismo en bares, en algunos sienta mal el espreesso y en otros es una delicia, depende mucho de las marcas y las calidades de los cafés. El Nespresso tiene aditivos que junto con el envoltorio puede que sean la razón para que sienta mal, y no es que las máquinas sean malas, es el café.
Los cafés artesanales tienen la ventaja de un tueste más cuidadoso y prolongado, lo que elimina muchas sustancias nocivas.
Gracias por el post. He trabajado durante años en una empresa que vende cafés y he hecho mis pinitos como catadora de café, y todo lo que dices es verdad. Es cierto que comparado con la manera tradicional italiana de preparar el café los de Nespresso son suaves (es cierto), y a mi gusto, un poco aguados. Pero el mayor problema lo sigo viendo en la huella ecológica que deja este tipo de consumo basado en pequeños envases. En muchas ciudades se separa la material orgánica para recliclarla, entre ella los posos de café, que recubiertos de la capa de aluminio de las cápsulas no se pueden reciclar... O sí se puede hacer, pero la gente que consume estas cosas no se va a molestar en hacerlo... Lo van a tirar a la basura y listo. Y lo peor es que la proliferación de marcas más baratas aumenta ese problema crónico que tenemos y provoca un gasto innecesario y elitista de materias primas, haciendo que material reciclable acabe en el vertedero. Además, es cierto, cafés como los de la Mexicana, que se pueden oler y "tocar", son una delicia. ¿De verdad la gente está dispuesta a renunciar al aroma del café molido por una cuestión de lujo y alto standing? Creo que hay mucho insensato suelto por ahí...
Gracias por tu comentario, Noa. Quien haya trabajado en el sector del café, seguramente sabrá mucho más sobre los detalles de estas cápsulas. Y a parte de no saber lo que contienen realmente, el problema de los embalajes que acaban en vertederos es grave.
El Nesspreso no me sienta mal, el Marcilla en Capsulas tampoco, el que me hago en casa con una cafetera tradicional me sienta fenomenal, pero el que me da una patada en el estoma son las capsulas de Mercadona acidez y pesadez de estomago. las he tirado directo a la basura. Y si, tengo comprobado que como la cafetera tradicional no hay nada.
Pues si que es verdad que usar el café encapsulado nos vemos limitados a la marca en si o a la blanca. Pero ni todo es malo, porque hoy en día hay empresas que ofrecen una calidad excelente de café en capsulas compatibles y de su propia marca. Aquí en Cafés Granell podrás conocer un poco más.
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