Según una noticia difundida por el blog lobbygay, entre los gays y lesbianas en norteamérica hay una aceptación cada vez mayor del sistema de las madres de alquiler con el fin de poder procrear, recurriendo al efecto a la inseminación artificial.
Parece ser cada vez más habitual ver a parejas de dos padres o dos madres con sus hijos por los parques, especialmente en ciudades como Nueva York o Los Ángeles.
Según la Academia norteamericana de pediatría, entre uno y nueve millones de menores de dieciocho años viven con padres del mismo sexo.
No obstante, no se trata de un fenómenos generalizado, ya que la legislación es diferente en cada estado de EE.UU., siendo sin duda los más liberales los que más abiertos se muestran al mundo.
Cada pareja que quiere tener un hijo recurriendo a una madre de alquiler tiene que desembolsar como mínimo unos cien mil dólares. Una empresa especializada en este tema es The Boston Northeast Asisted Fertility Group, que dice tener clientes LGTBQ en Estados Unidos, Asia, Medio Oriente y Europa. "Se trata de una práctica cada vez más difundida, porque la gente ya no lo ve como algo extraño", añaden.
Ya en estudios recientes se ha demostrado que para los niños no supone ningún trauma tener padres del mismo sexo y que incluso los niños de parejas gays o lesbianas se sienten igual o más felices mientras se sienten amados . Los que argumentan en contra de este hecho se suelen regir más por una forma de pensar que no es acorde con la realidad o que, al menos, no contrastan sus afirmaciones con los resultados de los estudios realizados en EE.UU.
El sistema de las madres de alquiler es seguramente el más aceptado entre los gays, por lo que se trata de una práctica que debería ser regulada en detalle en Europa en lugar de discutir sólo sobre el tema y recurrir siempre a una argumentación en su contra que no se sostiene, pues la familia tradicional no es ya lo que predomina en la sociedad moderna y son muchos los niños que cuentan sólo con una educación uniparental debido a los divorcios y las separaciones. Convivir sólo con la madre o el padre por circunstancias lógicas de la vida no garantiza que el niño crezca con ese ejemplo de estructura familiar tradicional madre+padre.
Si se regulase bien el asunto de las madres de alquiler, seguramente remediarían por una parte la falta de nacimientos que tanto denuncian y por otra crearían un nuevo fenómeno económico-social que no tiene por qué ser descalificado como puro negocio, pero que seguramente supondría una ayuda para muchas mujeres que no tienen reparos en tener hijos para gays, a la vez que para muchos gays deseosos de tener hijos facilitaría tener hijos propios sin tener que recurrir a la adopción.
El gobierno progre de España, sin embargo, se quedó con el matrimonio como su gran conquista social, pero en cuatro años no se ha visto que hayan hecho nada más para avanzar. En lugar de dedicarse a imponer una Educación para la Ciudadanía sectaria y manipuladora, haría mejor en dedicarse a otras materias como la legal de las madres de alquiler y la información objetiva sobre prácticas y riesgos de sexo para que los jóvenes sepan protegerse adecuadamente.
lobbygay
Parece ser cada vez más habitual ver a parejas de dos padres o dos madres con sus hijos por los parques, especialmente en ciudades como Nueva York o Los Ángeles.
Según la Academia norteamericana de pediatría, entre uno y nueve millones de menores de dieciocho años viven con padres del mismo sexo.
No obstante, no se trata de un fenómenos generalizado, ya que la legislación es diferente en cada estado de EE.UU., siendo sin duda los más liberales los que más abiertos se muestran al mundo.
Cada pareja que quiere tener un hijo recurriendo a una madre de alquiler tiene que desembolsar como mínimo unos cien mil dólares. Una empresa especializada en este tema es The Boston Northeast Asisted Fertility Group, que dice tener clientes LGTBQ en Estados Unidos, Asia, Medio Oriente y Europa. "Se trata de una práctica cada vez más difundida, porque la gente ya no lo ve como algo extraño", añaden.
Ya en estudios recientes se ha demostrado que para los niños no supone ningún trauma tener padres del mismo sexo y que incluso los niños de parejas gays o lesbianas se sienten igual o más felices mientras se sienten amados . Los que argumentan en contra de este hecho se suelen regir más por una forma de pensar que no es acorde con la realidad o que, al menos, no contrastan sus afirmaciones con los resultados de los estudios realizados en EE.UU.
El sistema de las madres de alquiler es seguramente el más aceptado entre los gays, por lo que se trata de una práctica que debería ser regulada en detalle en Europa en lugar de discutir sólo sobre el tema y recurrir siempre a una argumentación en su contra que no se sostiene, pues la familia tradicional no es ya lo que predomina en la sociedad moderna y son muchos los niños que cuentan sólo con una educación uniparental debido a los divorcios y las separaciones. Convivir sólo con la madre o el padre por circunstancias lógicas de la vida no garantiza que el niño crezca con ese ejemplo de estructura familiar tradicional madre+padre.
Si se regulase bien el asunto de las madres de alquiler, seguramente remediarían por una parte la falta de nacimientos que tanto denuncian y por otra crearían un nuevo fenómeno económico-social que no tiene por qué ser descalificado como puro negocio, pero que seguramente supondría una ayuda para muchas mujeres que no tienen reparos en tener hijos para gays, a la vez que para muchos gays deseosos de tener hijos facilitaría tener hijos propios sin tener que recurrir a la adopción.
El gobierno progre de España, sin embargo, se quedó con el matrimonio como su gran conquista social, pero en cuatro años no se ha visto que hayan hecho nada más para avanzar. En lugar de dedicarse a imponer una Educación para la Ciudadanía sectaria y manipuladora, haría mejor en dedicarse a otras materias como la legal de las madres de alquiler y la información objetiva sobre prácticas y riesgos de sexo para que los jóvenes sepan protegerse adecuadamente.
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