Europa está gobernada por necios. La tragedia griega convertida en circo es una demostración de ia incapacidad de los dirigentes europeos para solucionar los problemas de la Unión Europea. Su única capacidad consiste en crear cada día más problemas: más endeudamiento, más inmigración ilegal, más indecisión. El desastre parece programado e inevitable.
Desde hace cinco años, Grecia está en situación de bancarrota. No es la primera vez que ese país haya llegado a tener que declararse insolvente. Grecia lleva 185 años malgastando dinero, haciendo promesas falsas e incumpliendo acuerdos internacionales.
Cuando alcanzó la independencia del Imperio Otomano, en 1830, el reino de Baviera apoyó a Grecia -por puras razones de nostalgia por la Grecia clásica inexistente desde hace siglos- durante tres décadas para ayudar con la creación de una estructura administrativa eficaz. Aquel apoyo costó mucho dinero, pero los griegos seguían sumidos en sus trapicheos y sus estructuras de la época otomana, y en 1860 echaron la culpa de su propio desastre a los bávaros y los echaron a patadas del país. Primera quiebra del estado griego.
Así seguían los helenos otomanizados, hasta que en 1896 se avecinaba otra quiebra. Paquetes de ayudas e inversiones quedaron en saco roto. Los cambios estructurales prometidos se quedaron en una administración pública sobredimensionada, pero no se hizo nada de provecho. Los griegos son hijos pródigos de una Europa a la que no pertenecen ya desde hace siglos. Grecia fue el nido del cuco turco, y lo que fueran los esbeltos y cultos griegos de hace tres milenios, hoy ya sólo son poco menos que cucos turcos, otomanos. Eso explica la situación del país. Que alardeen constantemente de haber sido los inventores de la democracia parece una burla grotesca. Crear un término -democracia- a raíz de un régimen semidemocrático -el parlamento estamental de la ciudad-estado de Atenas, que no era Grecia, sino sólo Atenas- no justifica pretender vivir de ello durante tres mil años. Muchos otros países desarrollaron democracias, con o sin usar el término griego, y no cabe duda que el páis realmente pionero en esta materia fue Inglaterra, pero también lo fue Georgia (bajo el reinado de la Reina Tamara), e incluso el Reino de Castilla llegó a tener estructuras democráticas no muy diferentes a las de Atenas en tiempos de la Grecia clásica.
Grecia sufrió más y más quiebras, y no precisamente a causa de guerras, como ha sido el caso de la mayoría de los países occidentales que en el pasado pasaron por quiebras del estado, España incluida.
Peor aún es que los dirigentes de la unión Europea y del Banco Central Europeo no parecen ni querer saber nada del pasado griego. Siempre se dice que quien conoce la historia podrá evitar cometer los errores del pasado. ¿Y qué es lo que hacen? Cometer un error del pasado tras otro. Sabiendo cómo ha actuado Grecia desde 1830 debería ser suficiente como para no haberla admitido en el euro, pero en cualquier caso debería ser suficiente para echar a Grecia tanto del euro como de la UE, por jetas, piratas y por ser un caso perdido.
Siempre cuando parece que el cuento griego llega a su fin, en la UE vuelven a dar nuevo oxígeno a un estado y una sociedad que sólo podrán aprender con mano dura, con un puñetazo sobre la mesa y un portazo. El euro fue inventado para controlar y someter a los países europeos. Esa es la principal razón por la que los señores de Bilderberg no quieren que la UE se deshaga de Grecia. Pero las cuentas no saldrán, más bien conseguirán acabar con el euro y poner en riesgo a toda la Unión Europea -no sólo por Grecia, también a causa de la política absurda de inmigración masiva de musulmanes africanos, la fallida política expansionista estadounidense en Ucrania y la más que absurda necesidad de inmiscuirse con misiones militares en todo tipo de conflictos extraeuropeos donde la UE ni pincha ni corta-.
La historia se repite: La Unión Monetaria Latina del siglo XIX fue un intento de unificar el valor de las monedas europeas, pero fracasó, porque al final cada país quería hacer su propia política monetaria, por delante de todos Grecia. Y esa misma situación vivimos ahora con el euro. Gracias a los necios que nos llevan al abismo y los otros necios que eligen a necios rojos para ser gobernados.