Tras la muerte por sorpresa del líder ultraconservador austríaco Jörg Haider, del partido BZÖ (Alianza por el Futuro de Austria), en un accidente de tráfico ocurrido en circunstancias bastante extrañas a menos de dos semanas de su éxito electoral (11% de los votos), parece que en Austria volverán a tener gran coalición entre socialistas y populares, una combinación que llevó a estas elecciones anticipadas tras sólo dos años de legislatura. El éxito de liberales y ultraconservadores sólo se explica por el desastre de gestión de los dos grandes partidos, ambos los perdedores de las elecciones porque un gran número de sus votantes dieron su voto a FPÖ y BZÖ.
Ciertamente, Haider era un político conflictivo. La nueva constelación en el parlamento hizo prever complicadas negociaciones de coalición. Los liberales del FPÖ tampoco resultaban ser muy compatibles con el BZÖ de Haider precisamente porque hace pocos años echaron a Haider y sus seguidores del partido para volver a la esencia de su liberalismo conservador. Lo único positivo del BZÖ y del reforzamiento de la posición de los liberales es (o era) que iban a dar vida a la política austríaca, tan aburrida y tan atascada, pues con sus propuestas un tanto populistas hacen temblar las poltronas de los grandes partidos .
Hay que tener en cuenta que entre socialistas (SPÖ) y populares (ÖVP) Austria vivía en el inmovilismo durante décadas. La desaparición de Haider del panorama político austríaco por un accidente de tráfico supone un duro golpe justo al iniciarse las negociaciones para formar gobierno. El ÖVP está mal aconsejado al buscar reeditar el fracaso que ha durado dos años. Los austríacos buscan algo nuevo que dé solución a problemas que a todas luces parecen graves a juzgar por el éxito de FPÖ y BZÖ. Por otra parte, socialistas y populares parecen muy contentos con la muerte de Haider, ahora también quieren repartirse el pastel en Corintia, el estado federado austríaco gobernado hasta ahora por Haider, y como se deriva de lo que dice el liberal Strache, ya con anterioridad a las elecciones generales anticipadas socialistas y populares planeaban una nueva alianza para evitar tener que coaligarse con alguno de los partidos que tantos votos les han quitado. Foto: Josef Pröll, el sucesor del fracasado Molterer (populares) y el otro perdedor, Werner Faymann (socialistas): Lo que cuenta es el poder, no el ciudadano, especialmente entre perdedores.
Pero estamos ya acostumbrados a esa actitud arrogante de los políticos europeos de los partidos tradicionales. También en la UE pasan olímpicamente de lo que desean los ciudadanos, y no lo quieren ver ni perdiendo votos a gran escala. Convendría más atrevimiento de los políticos a intentar cosas nuevas, combinaciones nuevas, y de responder a lo que los ciudadanos desean que se haga. El inmovilismo y el estancamiento pueden tener una solución dejando que sean los ciudadanos quienes decidan las políticas a seguir en las cuestiones importantes. Seguramente, los chanchulleros tienen sus días contados, por mucho que intenten dar continuidad a sus proyectos inmovilistas de salvar las poltronas, sólo será cuestión de unos pocos años más.
Ciertamente, Haider era un político conflictivo. La nueva constelación en el parlamento hizo prever complicadas negociaciones de coalición. Los liberales del FPÖ tampoco resultaban ser muy compatibles con el BZÖ de Haider precisamente porque hace pocos años echaron a Haider y sus seguidores del partido para volver a la esencia de su liberalismo conservador. Lo único positivo del BZÖ y del reforzamiento de la posición de los liberales es (o era) que iban a dar vida a la política austríaca, tan aburrida y tan atascada, pues con sus propuestas un tanto populistas hacen temblar las poltronas de los grandes partidos .
Hay que tener en cuenta que entre socialistas (SPÖ) y populares (ÖVP) Austria vivía en el inmovilismo durante décadas. La desaparición de Haider del panorama político austríaco por un accidente de tráfico supone un duro golpe justo al iniciarse las negociaciones para formar gobierno. El ÖVP está mal aconsejado al buscar reeditar el fracaso que ha durado dos años. Los austríacos buscan algo nuevo que dé solución a problemas que a todas luces parecen graves a juzgar por el éxito de FPÖ y BZÖ. Por otra parte, socialistas y populares parecen muy contentos con la muerte de Haider, ahora también quieren repartirse el pastel en Corintia, el estado federado austríaco gobernado hasta ahora por Haider, y como se deriva de lo que dice el liberal Strache, ya con anterioridad a las elecciones generales anticipadas socialistas y populares planeaban una nueva alianza para evitar tener que coaligarse con alguno de los partidos que tantos votos les han quitado. Foto: Josef Pröll, el sucesor del fracasado Molterer (populares) y el otro perdedor, Werner Faymann (socialistas): Lo que cuenta es el poder, no el ciudadano, especialmente entre perdedores.
Pero estamos ya acostumbrados a esa actitud arrogante de los políticos europeos de los partidos tradicionales. También en la UE pasan olímpicamente de lo que desean los ciudadanos, y no lo quieren ver ni perdiendo votos a gran escala. Convendría más atrevimiento de los políticos a intentar cosas nuevas, combinaciones nuevas, y de responder a lo que los ciudadanos desean que se haga. El inmovilismo y el estancamiento pueden tener una solución dejando que sean los ciudadanos quienes decidan las políticas a seguir en las cuestiones importantes. Seguramente, los chanchulleros tienen sus días contados, por mucho que intenten dar continuidad a sus proyectos inmovilistas de salvar las poltronas, sólo será cuestión de unos pocos años más.
1 comentario:
Claro que la UE pasa de los ciudadanos. Es una mafia consensuada y hay que aguantarla, mal que pese. Ahora saca su keynesianismo, como todos, de la nada.
Un saludo
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