01 enero 2009

2009 - año de incertidumbres, año de esperanzas

¡Feliz Año Nuevo!


Ojalá vaya a ser un año feliz.

A juzgar por lo que nos anuncian los videntes en los horóscopos, va a ser un año de altibajos. Llama la atención que no se atreven a hacer vaticinios de lo que va a ocurrir en España y en el Mundo, algo que siempre suelen comentar someramente. Pero está claro que la constelación de los astros no es muy favorable para un año tranquilo.

Se crea o no en los astros y en las predicciones astrológicas, lo que está bastante claro es que nos espera un año bastante movidito. La crisis no ha hecho más que empezar, una crisis que creo más provocada artificialmente que producida por razones objetivas. Existen demasiados dirigentes grises que mueven a la economía a su antojo, persiguiendo no sé qué objetivos de poder mundial. Pero es un hecho que tanto la banca como el petróleo, dos factores principales de poder, no han experimentadio sus flucuaciones por que sí.

Por otra parte, ha quedado más que obvio que los dirigentes políticos actuales en el mundo no han sabido estar a la atura de las circunstancias. El mundo globalizado ha cambiado los esquemas, las estructuras tradicionales de poder y el funcionamiento de la economía en general. El mundo de hoy no se rige ya por ideologías ni por teorías, sino por intereses de grupos de presión muy poderosos, pero muy poco democráticos.

Los políticos adolecen de un mal que ataño aquejaba a los monarcas decimonónicos: No saben ponerse al día, no saben responder a los deseos del pueblo, no saben gestionar al estado.

En el siglo XX los monarcas tuvieron que aprender a marchas forzadas y a consecuencia de los hechos consumados o sobrevenidos adaptarse a los tiempos modernos, algo que creo han sabido hacer a la perfección. Sólo hay que echar una ojeada a las monarquías europeas actuales para convencerse de que ha sido así. Los monarcas actuales en Europa son demócratas, garantes de la estabilidad y la continuidad de sus naciones y queridos por sus pueblos, por mucho que los detractores de la Monarquía se esfuercen por demostrar lo contrario.

Lo que acontece ahora es que son los advenidos, los políticos emergidos del pueblo en virtud de procedimientos supuestamente democráticos, los que se han quedado anclados en el pasado. Se eligen por razones ideológicas, actúan por razón de la ideología de sus partidos y no respondiendo a las necesidades de sus pueblos. Los políticos -y perdón por la generalización, sé que hay unos pocos que no son así- gustan del poder, del buen vivir, de los sobornos y de los privilegios. Actúan por órdenes superiores, de sus jefes ocultos, los que les pagan los gastos extraordinarios. No actúan por convicciones democráticas ni por cumplir los preceptos constitucionales. El pueblo que les elige les importa un rábano.

Así hemos llegado a la situación en la que nos encontramos. La Unión Europea se aleja cada vez más de los ciudadanos. Sus decisiones están por encima de cualquier plebiscito que se pueda celebrar. Los pueblos que los ponen en práctica son descalificados. No cuenta la voluntad de los ciudadanos, cuenta lo que desean los poderes fácticos.

En Bélgica ha dimitido todo un gobierno por estar metido hasta el cuello en el asunto tenebroso del Banco Fortis. Los recientes gobiernos belgas han destacado por su ineptitud para el gobierno y su falta de interés por gobernar en beneficio de sus ciudadanos. Sólo vale uno: El Rey.

En Alemania gobierna una gran coalición mal avenida, por la falta de mayorías claras en un bando y en otro y por la irrupción de los comunistas del este en los parlamentos. Gobierna un submarino -¿o debo decir una submarina?- soviético/a con sus supuestos adversarios ideológico-políticos sin haber llegado a nada realmente fructífero, con su andar de oca y sus maneras heredadas de un régimen dictatorial en el que nadie hablaba con nadie -como hoy ocurre en el País Vasco- por puro miedo a ser descubierto -justificada o injustificadamente- por los servicios secretos. Así no se puede gobernar una democracia.Y el presidente de la república, ni fu ni fa. Tururú.

En Luxemburgo los políticos decidieron sobre una cuestión - y decidieron de forma inmoral. El Gran Duque dijo que no. Los políticos quieren censurar al Gran Duque. El único valiente y valeroso: El Gran Duque.

En España gobierna un partido aupado al poder gracias a una matanza bien organizada y celebrada con champán por uno o algunos de sus miembros en Las Rozas de Madrid -según se informó en la prensa su su día-, cuando este partido no tenía ni tiene gente capacitada para el gobierno de un país. Llegó al poder con una mentira mayúscula o mentiras varias -siendo la mentira el sino de todo socialista bolchevique- y sigue mintiendo a pesar de lo evidente de la falsedad de sus afirmaciones mil veces reiteradas. Sólo hay uno que vale: El Rey.

En España gobierna un partido sustentado por nacionalistas fanáticios, provincianos y chupópteros, despilfarradores de los fondos públicos y malísimos gestores de lo público. En cinco años de gobierno socialista (-bolchevique lo llamaría-) se han resentido la democracia, la convivencia y las infraestructuras en el reino. El país es gobernado por un provinciano inculto, incapaz de pronunciar una sola frase en inglés y aislado internacionalmente por razones fácilmente imaginables. El único que vale algo: El Rey.

En España gobierna un partido que cede ante el chantaje nacionalista-separatista, que limita cada vez más las libertades individuales como la libertad de expresión, que unta de dinero a regímenes enemigos y competidores, que colabora con regimenes dictatoriales y que frena todo desarrollo de las infraestructuras en aquellas autonomías que están gobernadas por el partido de la oposición, sólo para intentar debilitar al enemigo político y sin preocuparse por las necesidades de los ciudadanos.

En España, los nacionalistas-separatistas son superiores a cualquier ordenamiento jurídico. La voluntad popular son ellos. Eso se llama democracia popular. Lo que digan los más altos tribunales, tururú. Enseñanza en español: ¿Eso qu'é'? ¿Y quién dice algo? Entre los que no valen nada: La Justicia. ¿La Constitución? Papel mojado.

Nos espera un año movidito, como dije al principio, no sólo en España, sino en todo el mundo. Los problemas políticos son cada día más apremiantes. A parte de la crisis económica, que no parecen saber gestionar los políticos del mundo, existen tensiones con los islamistas, cada vez más poderosos y que cuentan con grandes aliados en Europa y el mundo occidental en general, como son los partidos y movimientos de la izquierda, tan progre, tan laicista, tan luchadora por la libertad y los derechos civiles, pero tan olvidadiza de sus luchas pasadas y sumisa cuando se evoca a alá.

Todo hace intuir que la gente se va a hartar de la situación. La crisis económica se va a recrudecer y va a durar un par de años. No cuento con una recuperación real antes de 2011-2012. Mientras tanto habrá altibajos, momentos que dan esperanza y momentos que hunden la esperanza. Los políticos seguirán sin saber qué hacer, sólo hablarán. La palabrería hueca de los zapateros del mundo colmará los vasos y se reclamará en todas partes un cambio radical. Los nacionalistas seguirán presionando, pensando que ha llegado el momento, su momento, para imponer sus ideas irracionales, y la gente se hartará. La prevalencia de los objetivos ideológicos, tan inútil para resolver los problemas de la ciudadanía, hará que la gente se harte y explote.

Y finalmente, los poderosos grises del mundo posiblemente entrarán en un callejón sin salida, sin salida para sus planes, y se pelearán para luego no poder seguir adelante con sus planes. Su división puede ser la solución de la crisis y de la falta de democracia en Occidente.

Todo esto son suposiciones. Pero el sentido común me dice que más o menos es lo que nos espera. Las grandes rupturas suelen tener por consecuencia cambios positivos. Este año será algo así como un salto al agua fría sin saber lo que hay debajo de la superficie. Pero el resultado seguramente será muy diferente a lo que nos imaginamos. Tal vez sea el momento de los ciudadanos y no de los políticos. Estos últimos están caducados desde hace tiempo. Ellos y sus proyectos políticos, estas farsas apoyadas en ideologías de farsantes, fariseos e hipócritas.

¡Un feliz y próspero Año Nuevo!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una presentación muy buena para este año entrante. Con crisis o sin ella lo que parece claro es que se avecinan cambios, grandes cambios que van más allá de las manidas consignas izquierdistas pidiendo la república que ellos mismos destruyeron, o de las revoluciones anarquistas que quieren destruir el mundo para reinar sobre sus escombros.

El sistema actual es ante todo consumista, más que capitalista. Y con la entrada de China en el carro consumista la cosa no podía menos que explotar. Con salida de crisis o sin ella, 2009 creo que va a traer el principio de los cambios. ¿Quién sabe si para 2011-2012 no saldremos de la crisis en un mundo nuevo? ¿Será tal vez ese el famoso "fin del mundo" de las profecías mayas?

Me ha llamado la atención la comparación que haces entre los actuales sistemas partidistas y las monarquías decimonónicas, ya que comparto contigo la idea de que ambos son incapaces de comprender la sociedad actual. A mi entender derecha e izquierda siguen anclados en el mundo de la guerra fría, y cuando uno de los dos bandos intenta modernizarse, "manos negras" internas y externas le hacen desistir y volver a los viejos principios. Las actuales democracias han desembocaso en oligarquías, a la política se accede a través de un "cursus honorum" paralelo al de la socidedad donde la meritocracia brilla por su ausencia.

Atreides dijo...

Gracias, Pfunes. He intentado un enfoque un poco distinto.

Hablando de un mundo nuevo. Según parece, en 2010 comienza una nueva fase, el sistema solar cambia de signo. Y según los mayas, este cambio llega en 2012.

En cuanto a la mentalidad de los políticos, ya se vio en los Balcanes que las potencias europeas siguen con una política del siglo XIX, unos apoyano a Croacia, otros a Serbia, etc. No parece que cambia nada, y así nos va en el mundo.

Feliz 2009 para tí, Pfunes.

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

Feliz Año a ti también...